Indígenas y seguridad chocan en la COP 30

La tensión marcó la jornada en la COP 30 cuando decenas de representantes indígenas intentaron ingresar por la fuerza al recinto para exponer sus demandas ante los líderes mundiales reunidos en Belém. El intento derivó en empujones y choques con el equipo de seguridad, que impidió su paso. El incidente dejó tres heridos —dos agentes y un manifestante— y llevó a las autoridades a fortalecer los protocolos de protección dentro del evento climático.

La COP 30, que este año congrega a 43.000 asistentes, se convirtió en escenario de un conflicto imprevisto cuando comunidades de la Amazonía brasileña llegaron para exigir acciones concretas frente a los efectos del calentamiento global. Los manifestantes, afectados por sequías, incendios y el avance de actividades extractivas, buscaron ser escuchados por las delegaciones oficiales al no sentirse representados en la agenda de discusión.

El martes 11 de noviembre, decenas de indígenas irrumpieron en la sede portando carteles como “Nuestra tierra no está en venta”, en un intento por visibilizar el deterioro de sus territorios. Aunque lograron ingresar momentáneamente al local, la seguridad los desalojó de inmediato, lo que desencadenó forcejeos que terminaron con dos guardias heridos. Las autoridades anunciaron de forma inmediata un incremento de los controles para evitar nuevos incidentes.

Entre los participantes destacó la presencia de Raoni Metuktire, líder del pueblo Kayapó, quien aprovechó la atención generada por el episodio para denunciar la presión que ejercen los proyectos industriales sobre tierras indígenas. El dirigente recordó que la Amazonía vivió en 2024 una sequía histórica, acompañada de incendios de gran magnitud que ampliaron el riesgo para comunidades, fauna y flora.

Metuktire advirtió además sobre el aumento de enfermedades como el dengue, fenómeno que atribuye al deterioro ambiental y a la falta de políticas efectivas de mitigación. El líder indígena instó a los gobiernos presentes en la COP a tomar medidas urgentes que garanticen la preservación del territorio amazónico y el resguardo de los pueblos originarios que dependen de él para sobrevivir.

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