Dinamarca dio un paso decisivo en la regulación del acceso digital. El Gobierno presentó un acuerdo con fuerzas opositoras para prohibir el uso de redes sociales a menores de 15 años, con el propósito de “proteger la infancia” frente a los efectos psicológicos y sociales que generan las plataformas digitales.

La medida, anunciada el 7 de noviembre, cuenta con respaldo suficiente en el Parlamento. Sin embargo, el texto legal abre una excepción: los padres podrán autorizar el acceso a partir de los 13 años. Según la ministra de Digitalización, Caroline Stage, el objetivo es establecer “un nuevo estándar” de protección para niños y adolescentes. “La recomendación clara del Gobierno es que los menores de 15 no tengan redes sociales —explicó—, aunque entendemos que algunos padres puedan tener otra opinión”.

El anuncio no estuvo libre de controversia. Tres partidos de izquierda decidieron retirarse del acuerdo al considerar que la excepción reduce el alcance de la ley. Para la diputada socialista Lisbeth Bech, la propuesta es “poco ambiciosa frente a los algoritmos dañinos que generan dependencia en TikTok, Snapchat e Instagram”.

El proyecto se dirige especialmente a las grandes plataformas que permiten crear perfiles públicos y cuyos diseños fomentan la adicción o difunden contenido ilegal o perjudicial. En ese sentido, Dinamarca busca marcar distancia frente a la lógica de consumo constante que rige el entorno digital.

La primera ministra, Mette Frederiksen, sostuvo que las redes sociales están “robando la infancia” a los niños. Durante un acto electoral, señaló que su país debe “enviar una señal clara” y “cuidar mejor” de las nuevas generaciones.

Con esta medida, Dinamarca sigue el camino de Australia, que en 2024 aprobó una ley similar. Mientras tanto, el debate sobre el equilibrio entre libertad digital y protección infantil continúa abriendo un frente de discusión en toda Europa.