EE. UU. sanciona a petroleras rusas y endurece presión sobre Moscú

Washington endurece su ofensiva económica contra Rusia. El gobierno de Estados Unidos sancionó a Rosneft y Lukoil, las dos mayores productoras de petróleo del país euroasiático, en un intento de forzar a Vladímir Putin a negociar un acuerdo de paz con Ucrania. La decisión se anuncia en vísperas de la reunión entre el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y la Casa Blanca, mientras Moscú recrudece los ataques aéreos tras la cancelación de un encuentro entre Trump y Putin en Budapest.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, justificó la decisión como una respuesta directa a la “negativa del presidente Putin a poner fin a esta guerra sin sentido”. En un comunicado oficial, aseguró que las medidas buscan cortar las fuentes de financiamiento de la maquinaria bélica del Kremlin y advirtió que Washington está preparado para “tomar más acciones si es necesario” a fin de respaldar los esfuerzos del presidente Trump por alcanzar un alto al fuego inmediato.

En declaraciones a Fox News, Bessent reveló el creciente malestar dentro del gobierno estadounidense por la falta de avances diplomáticos. “El presidente Putin no ha llegado a la mesa de manera honesta ni directa”, afirmó, subrayando la frustración de Trump ante la falta de transparencia de Moscú. Las sanciones afectan a empresas que exportan más de 3,1 millones de barriles diarios, cerca del 6 % de la producción mundial, según estimaciones del gobierno británico.

La presión internacional se amplía. Apenas una semana antes, el Reino Unido adoptó medidas similares contra Rosneft y Lukoil, sumándose a las restricciones previas impuestas a Gazprom Neft y Surgutneftegas. La coordinación entre aliados busca cerrar los canales de financiamiento de Rusia y aumentar el costo económico de su ofensiva militar.

Mientras tanto, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, arribará a Washington para discutir un plan de paz de 12 puntos promovido por los socios europeos de Kiev. El documento plantea congelar las líneas del frente, facilitar el retorno de niños deportados, promover el intercambio de prisioneros y crear un fondo para la reconstrucción de Ucrania. En paralelo, legisladores republicanos impulsan una ley que extendería las sanciones no solo a Rusia, sino también a los países que compren su petróleo, elevando así la presión global sobre Moscú en busca de una salida negociada al conflicto.