Por Melissa Vargas
Luego de cinco años viviendo en el Hospital Goyeneche, Miriam Bustamante Sarabia, una mujer de 42 años, finalmente inicia una nueva etapa junto a su hija en la ciudad del Cusco. Su historia es un ejemplo de resiliencia, humanidad y amor, tras haber enfrentado uno de los momentos más difíciles de su vida.
De la tragedia al cariño

En 2019, Miriam ingresó al hospital luego de un intento de suicidio, que la dejó en condición de invalidez, afectando principalmente sus piernas. Desde entonces, el Seguro Integral de Salud (SIS) cubrió todos sus gastos médicos, mientras permanecía internada sin familiares que pudieran hacerse cargo de ella.
Con el paso del tiempo, el personal médico y administrativo del hospital fue testigo de su transformación. Pese a su condición y las secuelas emocionales de la soledad, Miriam se ganó el cariño de todos por su actitud colaboradora y su sonrisa constante. En su silla de ruedas recorría los pasillos del hospital ayudando a otros pacientes, informando al personal sobre sus necesidades y animando a quienes compartían habitación con ella.
“Es una persona muy noble, agradable, y querida por todos”, comenta Adela, trabajadora de salud. “Mañana se va al Cusco, y todos los médicos, enfermeras y administrativos están organizando una pequeña despedida. La vamos a extrañar mucho”, agregó.
Encuentra con su familia
Gracias a la intervención de la ONG “Corazones Mestizos”, que brinda apoyo directo a personas adultas mayores en situación de vulnerabilidad, se logró ubicar a su hija, de 20 años, cuyo nombre aún se desconoce. La joven, a pesar de padecer epilepsia y tener limitaciones económicas, aceptó reencontrarse con su madre y empezar una nueva vida junto a ella.
El departamento de Terapia Social del hospital, junto con la ONG, organizaron su traslado y acompañamiento. Personal de “Corazones Mestizos” viajará con Miriam para asegurar su llegada y adaptación en Cusco. La organización también habilitó un número de Yape 917806431 para quienes deseen colaborar con donaciones económicas o en especie, principalmente pañales y pañitos húmedos, artículos de primera necesidad para su cuidado diario.

“Ella está emocionada, repite constantemente que se va con su hijita. Más que dejar el hospital, le emociona empezar una nueva vida”, expresó Dennis Mogrovejo, otro trabajador de salud del nosocomio.
Hoy, la historia de Miriam Bustamante Sarabia es la de una mujer que, pese al dolor, logró encontrar en la empatía y la solidaridad una razón para seguir adelante. Su caso demuestra que la esperanza renace incluso en los lugares menos esperados, cuando la humanidad se convierte en la mejor medicina.
📍 Para quienes deseen colaborar, pueden comunicarse con la ONG “Corazones Mestizos” a través de su página de Facebook o mediante el número de Yape 917806431 compartido por la asociación




