La justicia arequipeña ratificó la condena contra Rodrigo Larico Olarte, exestudiante de la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA), por el feminicidio agravado de su compañera y expareja Ana Paola Vargas Ramos. La Primera Sala Penal de Apelaciones confirmó los 20 años y 8 meses de prisión dictados en primera instancia. Esto tras evaluar más de medio centenar de pruebas que demostraron la premeditación y extrema violencia del crimen ocurrido en septiembre de 2023.
El tribunal, integrado por los magistrados Fernán Fernández, Celis Mendoza y Jaime Moreno, consideró acreditada la responsabilidad penal de Larico. Según la investigación, el joven de 18 años citó a su expareja en el pabellón de Producción y Servicios de la UNSA, donde la atacó con una navaja metálica tras negarse a aceptar el fin de la relación. El informe forense determinó que Ana Paola sufrió 47 puñaladas en cuello, tórax y rostro, heridas que le causaron la muerte inmediata.
Testigos presenciales relataron que el agresor impidió que la víctima escapara mientras otros estudiantes intentaban auxiliarla. La Policía lo detuvo en el lugar de los hechos, lo que reforzó la tesis de un crimen planificado y cometido con ensañamiento. Los magistrados resaltaron que el ataque reflejó un patrón de posesión y dominación, elementos que configuran el feminicidio agravado.
Pese a la gravedad del delito, el tribunal aplicó la figura de responsabilidad restringida por edad. Lo que provocó que se reduzca la condena debido a que el acusado tenía 18 años al momento del crimen. Con ello, la pena pasó de los 35 años solicitados por la parte civil a 20 años y 8 meses de prisión efectiva. Larico fue trasladado al penal de varones de Socabaya, donde cumplirá su condena hasta 2044.
La decisión judicial generó malestar entre familiares, compañeros y colectivos feministas, quienes rechazaron la reducción de pena. El movimiento Ni Una Menos Arequipa recordó que Ana Paola fue asesinada dentro de su universidad, un espacio que debía protegerla. Su nombre, aseguran, seguirá siendo símbolo de resistencia y exigencia de justicia frente a la violencia de género.




