Oswaldo Calle Talavera. Analista Político
Por un momento confundí para quién era el homenaje. Al ver el inicio con el grupo musical “Mark Worldship” que canta música de alabanza carismática, se repetía en sus canciones “digno eres señor”, ¿a qué señor se referían?
El maestro de ceremonia, en un estilo muy parecido a una reunión evangélica, nombraba frases que repetía e intercalaba: “familia, libertad, nuestro señor Alcalde López Aliaga”, cuando al grito de: “Porky , Porky”, hace su ingreso Rafael López Aliaga, saludando a los niños que vistieron con camisas blancas y pañuelos celestes en sus cuellos. Lo acompaña una entusiasta Roxana Rocha, regidora edil, que les decía a los niños lo que deben gritar, mientras las cámaras de “Bethel” el canal virtual, y su reportero, preguntan al alcalde sobre las bondades del homenaje.
El “animador” llama a los asistentes que vengan a las primeras filas, que hay asientos, mientras la banda toca “tu eres mi hermano del alma realmente mi amigo” de Camilo Sesto. López Aliaga sube al escenario y saluda a su público, en el fondo carteles con los nombres de los distritos y de color celeste, todos con la mima tipografía, saludan al alcalde.
No podía faltar nombrar a la «izquierda asesina que disparó en la cara a Kirk”. López Aliaga toma el protagonismo del homenaje y lo acompañan congresistas, regidores y pastores evangélicos que agradecen más al alcalde que a la memoria del homenajeado. Lo antecede Martín De Luca, abogado de la Municipalidad de Lima y habla de los peajes y de la búsqueda de la libertad económica. Habla de achicar el estado y del daño causado a los contribuyentes de Lima, nombra a Javier Milei y finaliza con el agradecimiento a López Aliaga.
Rafael López Aliaga agradece a los medios que cubren el evento, compara a Kirk con los mártires romanos, dice unir a católicos y evangelistas para derrotar a “esa izquierda del mal”. Menciona al “M.A.L.” pero no explica porque le pone punto a cada letra o el significado de la sigla o acróstico. Nos dice que esa izquierda no parte del amor, parte del odio, de la lucha de clases, de la envidia, de dividir. Y deja claro que los que están en el escenario reunidos parten del amor a Dios, “lo digo sin miedo, viva Dios”.
El alcalde compara a Hungría con el Perú, en una estadística que no se logra entender. Afirma que Perú conquistará España con el amor, reconoce que no tiene la paciencia de Charlie Kirk y vuelve a culpar a la izquierda terruca asesina y caviar de las muertes de los candidatos presidenciales en Ecuador, Colombia y del exgerente de la Muni Lima. “Vivan los ríos de amor”, repite.
El discurso se vuelve redundante y afirma que la izquierda admira al “terruco” y el homenaje deja de serlo y se convierte en lo que siempre fue, una oportunidad para tener una palestra política y conseguir cámaras en un discurso que apunten al adversario político. López Aliaga hace uso de su investidura de alcalde con recursos municipales y atrae cámaras y reflectores con un aplauso que no parece tan espontáneo. El homenaje a Charlie Kirk parece dejar de importar, el discurso del activista, sus frases, vida y propósitos parecen no tener relevancia. Habla del aborto de la ola verde, de “los izquierdistas que piden protección por una palabrita”, de España, de los inmigrantes en Estados unidos, de las narcodictaduras, del imperio Romano, y dice que no va a parar hasta que el niño en el vientre de la mamá tenga DNI. El “arroz con mango” en contenido de las palabras del aún alcalde es un reto al esfuerzo para el entendimiento. Con la paciencia que él dice no tener y el deseo de poder entender una frase con claridad. Al final, López Aliaga, recuerda que el motivo del homenaje era por un tercero y finaliza con un “Viva Charlie Kirk”.
Es preciso señalar que el nombre del Charlie Kirk no fue tan nombrado como el de López Aliaga, se agradeció más al alcalde que al homenajeado. El tributo deformó sus intenciones, sirvió para que López Aliaga tenga una tribuna en la cual agrupar a católicos, evangélicos y aunarlos en la que el alcalde lama “una guerra”. La distancia de lo ocurrido entre el acto que rinda honor a Kirk fue alejada a lo que realmente aconteció.
Charlie no pareció importar, la finalidad no era aplaudir algún legado de Kirk. Importaba que sea la figura del alcalde la que resalte, muy celeste, muy religiosa, muy en defensa de la familia y sobre todo muy política. Finalidad que si se consiguió.
López Aliaga no esperó que el homenaje terminará, se fue mientras cantaba el grupo de música carismática en una canción que repetía en coro: “todo lo que hay dentro de mí, necesita ser cambiado, Señor”. Después de escuchar y analizar las palabras del alcalde, se concluye que la canción no refleja la voluntad de examen de conciencia, arrepentimiento, contrición o algún propósito de enmienda de algún error o acto del alcalde.
Podemos concluir que el homenaje a Rafael López Aliaga tuvo de todo y salió muy bien, cumplió su objetivo y estoy seguro que la viuda de Charlie Kirk trata de entender para quién y de qué trató el reconocimiento.