En plena pandemia nació Kipi, una robot que se convirtió en la puerta de acceso a la educación para niños de comunidades rurales en Huancavelica. Creada por el profesor Walter Velázquez y respaldada por Kallpa Generación, hoy Kipi evoluciona como una herramienta educativa y cultural reconocida en PERUMIN 37, donde sorprendió a asistentes con su capacidad para enseñar, interactuar y despertar vocaciones científicas.
La presentación en el Centro de Convenciones Cerro Juli marcó un hito para el proyecto. Kallpa Generación, a través de su eje de responsabilidad social, mostró cómo la innovación puede transformar la vida de comunidades con acceso limitado a internet y materiales pedagógicos. Kipi no solo habla quechua, inglés y una lengua amazónica, sino que incorpora contenidos oficiales validados por la Dirección Regional de Educación, ampliando su alcance educativo y cultural.
Durante la convención, los asistentes interactuaron directamente con la robot. Sebastián Valdivia, voluntario del evento, relató que Kipi responde a comandos de voz, recita poemas y cuenta historias inspiradas en Huancavelica. Los niños, añadió, no solo se emocionan, sino que también se sienten motivados a crear sus propios prototipos robóticos con materiales reciclados e impresoras 3D, un claro reflejo del impacto transformador del proyecto.
La iniciativa también abarca herramientas complementarias. Entre ellas, el “Kipi libro”, un recurso interactivo con ejercicios de matemáticas, literatura, ciencias y temas de energía hidroeléctrica. Asimismo, se desarrollaron “mini Kipis”, kits que los estudiantes pueden armar para aprender sobre robótica y tecnología desde pequeños. La propuesta incluso trascendió a otras plataformas: existe un programa radial difundido en Huancavelica y disponible en Spotify, que refuerza la enseñanza en entornos con baja conectividad.
Más allá de la educación, la historia de Kipi se convirtió en un símbolo de resiliencia e innovación social. La cineasta Sonaly Tuesta llevó su relato a la pantalla grande, visibilizando el ingenio de Velázquez y la apuesta de Kallpa Generación por invertir en desarrollo comunitario. En palabras de Luis Alburquerque, gerente de responsabilidad social de la empresa: “No lo vemos como un gasto, sino como una inversión en el territorio”. La meta ahora es expandir la experiencia a más regiones del país, fortaleciendo la identidad cultural y sembrando vocaciones tecnológicas en las nuevas generaciones.