Plaza de Armas de Arequipa guarda un tesoro verde

Más allá de su belleza arquitectónica y de su papel como escenario de la vida cívica, la Plaza de Armas de Arequipa es también un santuario natural en medio del centro histórico. Un reciente inventario elaborado por la Municipalidad Provincial registró 86 árboles y arbustos pertenecientes a 22 especies, que se reparten entre nativas y foráneas. Este hallazgo confirma que el principal espacio urbano de la Ciudad Blanca no solo respira historia, sino también biodiversidad.

El estudio identificó una combinación singular de especies nativas, adaptadas al ecosistema arequipeño, y otras introducidas desde distintas partes del mundo, que encontraron aquí condiciones favorables para crecer. Esa mezcla convierte a la plaza en un espacio donde la tradición se entrelaza con la naturaleza, y donde la historia se enmarca en un entorno vivo.

Entre los árboles que más llaman la atención se encuentran los jacarandás, con doce ejemplares que tiñen de lila el paisaje, y los trece laureles rosas, que añaden frescura al ambiente. También destacan cuatro robles australianos, tres tipas, un ejemplar de flor del inca, emblema nacional del Perú, y un pisonay, valorado por sus propiedades nutricionales. A ellos se suman especies como huaranguilos, pacays, ficus, araucarias, floripondios, palmeras y moras, que refuerzan el carácter diverso de este espacio.

El inventario resalta que esta riqueza vegetal aporta sombra, belleza y frescura al corazón de Arequipa. Además, cumple un rol clave en la mejora de la calidad del aire, la conservación de la biodiversidad urbana y la generación de microclimas en una zona altamente transitada por visitantes y ciudadanos.

Así, la Plaza de Armas reafirma su papel no solo como símbolo patrimonial y turístico, sino también como pulmón verde en pleno centro histórico. Esta condición le otorga un valor doble: el de ser memoria viva de la ciudad y, al mismo tiempo, refugio natural que resiste al paso del tiempo en medio de la modernidad.