La Pontezuela: Penales y autogoles
Fotografía del 31 de agosto de 2025 cedida por la Presidencia de Perú de su mandataria, Dina Boluarte (c), durante una visita a las ruinas de la cárcel de El Frontón, en la isla El Frontón (Perú). EFE/ Presidencia de Perú

Por Sergio Mostajo C. Periodista

No, no voy a hablar de fútbol, sería una forma de sado masoquismo comentar la eliminación de Perú que, desde el inicio de las eliminatorias era “Crónica de una muerte anunciada”.

El titular hace referencia a las cárceles que han rebasado largamente sus capacidades. Están sobre pobladas y allí conviven presos primarios, reincidentes, sicarios, narcotraficantes, terroristas y otros, sin ningún atisbo de rehabilitación. Por el contrario, al ser una suerte de escuelas del crimen, los internos reciben cursos intensivos que mejoran sus perfiles criminales.

El gobierno tiene previsto construir nuevas cárceles y en otros casos ampliar las existentes. Quiso hacer esto último con el penal de Challapalca e inmediatamente las autoridades de Tacna se opusieron; quiso ampliar el penal de Yanamayo e inmediatamente las autoridades de Puno se opusieron; anuncia la construcción de un nuevo penal en la isla del Frontón e inmediatamente surgió una corriente de oposición con detractores de todo lado. Nadie quiere cárceles en su jurisdicción. ¿Qué hacer entonces?

Seguir adelante, el Frontón y otros deben ser construidos y ampliados. El gobierno tiene que imponer el principio de autoridad. Creo que es imperativo tenerlos listos para encerrar a cientos o miles de criminales que siembran dolor y muerte en nuestro país.

Empero no bastará con eso, es necesario abordar el grave problema desde una perspectiva multisectorial, concertar con los operadores de justicia e implementar una serie de acciones conjuntas, me permito sugerir algunas:

  • Juicios o procesos judiciales sumarios, con sentencias rápidas, sin posibilidades de apelación.
  • Reactivar los tribunales con jueces sin rostro. (Actualmente tenemos magistradosamenazados que liberan criminales)
  • Cadena perpetua con probada autoría.
  • Atestados e investigaciones policiales bien hechas.
  • Fiscales que trabajen mano a mano, codo a codo, con la policía.
  • Abogados probos.
  • No injerencia de organismos supranacionales.
  • No alquiler de viviendas a extranjeros que no demuestren ser personas de bien.

Todo esto no servirá sin un eficiente servicio de inteligencia en el que debe participar la ciudadanía. Los delincuentes no son extraterrestres, no aparecen de la nada, son gente que comen, duermen, viven en casas o departamentos, tienen familia, compran, beben, caminan, usan vehículos, motos y nosotros sabemos dónde están: ergo, debemos reportarlo a la policía de forma anónima e incluso beneficiándonos de una recompensa.

Puede haber muchas más acciones que ayuden en este desigual combate, en esta lucha que actualmente estamos perdiéndola por goleada. Será muy grave que normalicemos el crimen y nos resignemos a convivir con él, eso sería nuestro fin.

Tengamos presente que, o salimos todos juntos, o sucumbimos todos juntos.

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