Con la participación de más de medio millar de estudiantes, ayer se inauguró la séptima edición del Modelo de Naciones Unidas del Sur (MUNSUR 2025) en las instalaciones de la institución educativa Santísimo Salvador de Socabaya. El evento reúne hasta el domingo 7 de septiembre a jóvenes delegados que, a través del debate y la simulación diplomática, buscan enfrentar los grandes retos de la actualidad con propuestas inclusivas y creativas.
La ceremonia de apertura estuvo marcada por el discurso de Roxana Arista Zeballos, secretaria general de MUNSUR 2025, quien subrayó que este no es un simple ejercicio académico, sino un espacio de encuentro donde convergen diversas voces y perspectivas. “El diálogo, el respeto y la cooperación son las herramientas más poderosas que tenemos para enfrentar los desafíos de nuestro tiempo”, destacó. Con estas palabras, instó a los delegados a asumir con responsabilidad el papel de representar a países enteros y a comprender la diplomacia como un proceso de escucha, consenso y empatía.
En su intervención, Arista resaltó que los Modelos de Naciones Unidas son una verdadera escuela de ciudadanía global. Cada delegado, dijo, tiene la oportunidad de convertirse en la voz de un pueblo y de una realidad distinta a la suya, lo que demanda disciplina, investigación y compromiso. “El verdadero aprendizaje no está solo en defender una postura, sino en comprender el porqué de las diferencias”, agregó, recordando que la riqueza del debate radica en reconocer los argumentos del otro y en construir consensos.
Los organizadores recordaron que los temas en discusión no son ajenos a la realidad mundial: el cambio climático, los conflictos armados, la pobreza y la desigualdad siguen siendo desafíos que marcan la vida de millones. En este contexto, MUNSUR busca demostrar que la juventud no es solo un actor expectante, sino un agente capaz de pensar críticamente, debatir con respeto y proponer soluciones viables. Para muchos, esta edición se convierte en un espacio donde la esperanza se nutre de la capacidad de los jóvenes para transformar la desesperanza en propuestas.
Finalmente, la secretaria general agradeció a los equipos que hicieron posible la realización del evento y animó a los delegados a vivir intensamente la experiencia. Los instó a que cada desacuerdo se convierta en una oportunidad para dialogar y que cada resolución aprobada sea la prueba de que la cooperación es posible. Con estas palabras, se dio inicio a una serie de jornadas en las que el espíritu diplomático y la creatividad juvenil marcarán el rumbo de los debates.