La Pontezuela: Hay que hablar en serio II

Por: Sergio E. Mostajo C. Periodista

En mi columna anterior propuse dejar de lado el festejo y los bailes para hablar en serio respecto de los innumerables problemas que aquejan nuestra ciudad. Sostuve que me faltaría espacio para mencionarlos, y por eso dedico esta columna a la infraestructura vial existente.

Quienes transitamos de un lado a otro, todos los días, encontramos congestionamientos vehiculares en todo nuestro trayecto. Ya no es novedad, ya no es noticia, y mencionare algunos casos que por su dimensión son emblemáticos.

Casi toda la extensión de calles que vienen del cono sur oriental y pasan por Socabaya, Characato, Sabandia, Paucarpata y José Luis Bustamante y Rivero e ingresan a una “avenida” de un solo carril denominada Lambramani. Todo ese trayecto, en horas punta, registra atoros monumentales.

Otro caso es el ubicado en la urbanización Santa Rita de Casia, distrito de Mariano Melgar. Esa “avenida” es un tortuoso callejón por donde transitan miles de vehículos en ambos sentidos. El tránsito desde Tiabaya hacia el cercado es un Vía Crucis que se hace insoportable desde el puente Tingo hasta la avenida Parra. Otro ejemplo es salir desde la parte media de Cayma hacia Cerro Colorado o al centro; es todo un reto para cientos de conductores.

La avenida Andrés Avelino Cáceres, más conocida como “la avelino”, pese a su amplitud es un cuello de botella en ambos carriles. Recientemente a sido sometida a un reacondicionamiento en el tramo cercano al terminal terrestre, ha mejorado en algo, pero no lo suficiente, y se siguen presentando congestionamientos enormes.  

Como estos hay decenas de casos. El común denominador es que la infraestructura vial es obsoleta, angosta y con recovecos propios de épocas pasadas. En la práctica son los otrora caminos rurales por donde transitaban carretas, burros y vacas, que iban de una comarca a otra, de una chacra a otra. Esos mismos caminos vecinales son ahora “avenidas” por las cuales circulan cientos de buses, camiones, volquetes, cisternas, vehículos particulares, unidades menores como, motos y ocasionalmente bicicletas.

A la luz de esta realidad urge HABLAR EN SERIO, urge resolver estos problemas que le restan competitividad a nuestra ciudad, urge terminar con la pérdida de tiempo, de horas/hombre, urge acabar con el deterioro emocional de nosotros los seres humanos, urge abordarlos con seriedad y capacidad de gestión, urge planificar e implementar políticas de desarrollo vial para HOY, no para un MAÑANA que nunca llegará.

Nos urge que las soluciones sean trabajadas por especialistas, expertos que conozcan la problemática a profundidad. No deben ser producto de la idea de alguna autoridad o de sus asesores, menos de mafiosos promotores de invasiones, quienes de un tiempo a esta parte se han convertido en afamados “urbanistas”. 

En Arequipa tenemos jóvenes que estudian y se preparan en universidades como San Agustín, Católica de Santa María, San Pablo, La Salle, UTP, Continental, San Martín. De allí deben salir las soluciones entendiendo que es un problema con enfoque multidisciplinario, que no responde solo a un factor constructivo, sino y, sobre todo, social.

Hasta aquí el tema vial, en la próxima columna trataremos de seguir HABLANDO EN SERIO.