Los nudos cuánticos del Quipu: Enseñanzas del cocodrilo bombardino

Historias al atardecer Por Sarko Medina Hinojosa

Me llamo Diego y tengo diecisiete años. O los tenía, antes de que todo esto empezara. Ahora mismo no estoy seguro de nada, excepto de una cosa: cuando el sol se oculte detrás de los cerros, la “cosa” no podrá verme.

Son las dos de la tarde y estoy escondido en el segundo piso de la farmacia Milagros, en lo que antes era el pueblo más bonito de Áncash. Ahora es un pueblo fantasma. Las calles están vacías desde hace tres días, cuando la electricidad se cortó definitivamente y las últimas personas que quedaban… desaparecieron.

Todas menos yo y esa cosa.

Mi padre es de la zona, nos obligó a mi hermana y a mí a que vengamos de vacaciones, durante el mes que le toca cuidarnos por el acuerdo de tenencia. No es un mal padre, bueno no lo era, algo tonto en sus reglas, las que no cumplía. Murió justo por eso, por no quedarse en casa e irse a la fiesta patronal, allí esa cosa se los comió a todos. No voy a negar que lo extrañaré, pero se fue como vivió. 

Mi hermana, felizmente, aburrida de todo logró que la regresarán a Lima, yo me quedé, por pena creo.  

Debo concentrarme. Puedo escucharla ahora, arrastrando algo pesado por la calle principal. No sé qué es exactamente, pero sé que me busca. Lo único que me mantiene vivo es lo que descubrí por accidente el primer día: solo caza de día. Cuando llega la noche, se queda inmóvil, como si fuera ciega. Cuando llegué a la plaza, asustado por la bulla, pude ver como se quedaba quieta mientras el sol se ocultaba repentinamente en los cerros. Trataba de moverse, pero se notaba que era errática. 

Porque lo es. Es completamente ciega en la oscuridad.

Durante el día, sus ojos son como radares. Te ve desde kilómetros de distancia, puede detectar el más mínimo movimiento, pero cuando se va la luz natural, nada. Ni olfato, ni oído. Solo visión.

Es como esos memes de internet sobre videojuegos: el boss final tiene una debilidad estúpida que solo descubres por casualidad. Qué irónico que todos esos videos de menos de veinte segundos que he consumido en mi vida sea lo único que me mantiene con vida.Gracias a ellos no me asusté cuando la vi, peores imágenes de monstruos han salido con IA; tampoco me asusté cuando la vi comer, sangre y miembros cercenados veo a cada rato en películas o videojuegos. 

El plan es simple, en teoría. Al otro lado del pueblo, en el taller de Victoriano, primo de mi papá hay una camioneta que sé que funciona. La vi el domingo pasado cuando todo empezó, sé dónde están las llaves y está lleno de gasolina porque solo la usaba para irse al centro del pueblo a mostrarla, como un coleccionable. Mi experiencia en simuladores tendrá que bastar para manejar.

El problema es que la cosa está patrullando entre mi escondite y el taller. Necesito distraerla, alejarla lo suficiente para tener tiempo de correr los ochocientos metros que me separan de la salvación.

Aquí es donde todo mi conocimiento inútil de internet viene al rescate.

Recuerdo un video que vi hace meses sobre comportamiento animal. Era uno de esos documentales que pones de fondo mientras haces otras cosas, pero algo se quedó grabado: las técnicas de distracción de las aves. Cuando un depredador se acerca a su nido, algunos pájaros fingen estar heridos, alejando al atacante del lugar que realmente quieren proteger.¿Cómo llegué a eso?, es gracioso, estaba viendo un video del cocodrilo bombardino, ese meme absurdo me llevó a preguntarme qué asustaría a un cocodrilo real, y de allí a varios videos más de cazadores naturales.

Si llego a salir de esta le diré a mi madre que juzgaba mal a los videos de Tiktok. 

He estado preparándome toda la mañana. Encontré una caja de cohetones en la trastienda de la farmacia (¿quién vende eso en una farmacia?) y unos espejos medianos. Hay un televisor LED y recordé por un reel cómo usar baterías de vehículos para conectar aparatos eléctricos. Felizmente la motoneta eléctrica de la farmacéutica tiene una batería perfecta para esto.

Mi plan es crear tres puntos de distracción:

Primero, a las 5:30 PM, cuando el sol empiece a ponerse, prenderé la tele la pondré en vertical en la puerta. Sacrificare este celular porque lo conectaré para que se vean videos en loop. Programaré una playlist de música sin video hasta unos diez minutos para que aparezcan clips que descargué de reguetones vistosos y coloridos que hagan mucho movimiento. Mientras iré despacio casa por casa hacia mi objetivo, jugar RPGs donde se usa el sigilo me ayudará a ser casi indetectable.    

Cuando la cosa descubra que no soy yo voy a usar los espejos para crear destellos de luz en el extremo sur, reflejando los últimos rayos de sol. Es algo que aprendí de uno de esos videos de supervivencia: los destellos de luz pueden atraer la atención de depredadores que cazan visualmente, porque confunden el brillo con movimiento de presas.

Tercero, cuando la cosa se confunda, encenderé los cohetones, el ruido no lo atraerá, pero si la luz y el humo.

Y yo correré hacia el oeste, hacia el taller, haciendo zigzag por la calle, por si me persigue, esos movimientos lo confundirán, sí, eso también lo leí en un post.

Todo depende del timing. Y de que mis teorías sobre su comportamiento sean correctas. No me falles conocimiento de Internet.

La cosa está a dos cuadras, puedo ver su silueta deforme moviéndose entre las casas. Es más grande de lo que pensé al principio, casi tres metros de altura, con demasiadas extremidades que se mueven de forma independiente. Literal, es el boos final más feo que he visto.

Deséenme suerte. Dejo este video en mi celular por si alguien lo encuentra. Tengo que sacrificarlo, no encontré otro que pueda usar, y créanme que sería épico grabar todo mientras corro con esa cosa detrás persiguiéndome. Mamá, si ves esto ¡Seré viral! no botes mis consolas y dile a mi hermana que es una suertuda. Nos vemos en el en vivo que haré cuando salga de esto porque seré el survival horror player definitivo ¡Yolo!