Arequipa volvió a latir al compás del carnaval loncco, los pasacalles y las alegorías costumbristas con la tradicional Entrada de Ccapo, que este año tuvo doble escenario: Cayma y José Luis Bustamante y Rivero. La jornada, marcada por el color, la música y el homenaje a los hermanos Víctor y José Dávalos, reunió a delegaciones de las zonas norte y sur de la ciudad en desfiles que reafirmaron la identidad arequipeña.
Tradición caymeña

Desde el estadio La Tomilla en Cayma, partió una caravana de estampas vivas: picanterías con sus hornos encendidos, escenas de siembra y cosecha, leyendas populares como San Gil de Cayma, y las comparsas del carnaval loncco que con sus sombreros y pañuelos llenaron de alegría las calles. La ruta, adornada por vecinos y visitantes, se convirtió en un corredor de tradición donde la memoria colectiva fue la protagonista.
La imagen más esperada fue la de los burritos cargados de ccapo, con sus adornos multicolores y campanas sonoras. Extraído de las faldas del Chachani tras el pago ritual a la Pachamama, este símbolo ancestral desfiló junto a las lecheritas, que montadas en sus burros portaban porongos, cerones y cantarillas, evocando la venta de leche fresca de antaño en la ciudad.

Instituciones educativas, bandas de música y danzantes juveniles se sumaron a la celebración, desplazándose por avenidas emblemáticas como R. Castilla, Bolognesi, Cayma y Ejército, para cruzar el Puente Grau y culminar, como dicta la usanza antigua, en la Plaza de Armas. En cada esquina, la gente aplaudía, coreaba y bailaba al ritmo de los charangos y tambores.
El momento más emotivo en Cayma llegó con el homenaje a los hermanos Víctor y José Dávalos, considerados embajadores de la música arequipeña. Con una trayectoria reconocida dentro y fuera del país, incluso en Nueva York por el gobernador de ese estado, su contribución artística fue celebrada con aplausos y gratitud colectiva.
Tradición se consolida en el sur

En paralelo, el distrito de José Luis Bustamante y Rivero se vestía de gala para recibir a las delegaciones del sur de la ciudad. Chiguata, Mollebaya, Polobaya, Characato, Pocsi, Paucarpata, Tiabaya y Socabaya se unieron al desfile junto a criadores de toros, amazonas y chalanes, en un espectáculo donde el folclore y la hermandad marcaron el paso.
La Pascana, instalada frente a la municipalidad bustamantina, fue un acto de hospitalidad pura: platos típicos, refrescos y música en vivo sirvieron de pausa festiva antes de continuar hacia el centro. Autoridades y danzantes fueron recibidos con abrazos, brindis y canciones, renovando fuerzas para la última etapa del recorrido.

Finalmente, la caravana multicolor entró a la Plaza de Armas en medio de vítores y aplausos. Bajo el resguardo de la PNP, el cierre de la Entrada de Ccapo y Pascana dejó claro que esta tradición no solo sobrevive, sino que crece, fortaleciendo año tras año el orgullo y la identidad cultural de Arequipa.