El gerente regional de Desarrollo e Inclusión Social del Gobierno Regional de Arequipa (GRA), Fernando Isuiza Prado, brindó una rendición de cuentas parcial e insuficiente tras la realización del Pasacalle Regional “Cantemos, Bailemos por Arequipa”. A pesar de las múltiples denuncias por maltratos a delegaciones y la persistente deuda de premios millonarios de ediciones anteriores, el funcionario evitó asumir cualquier responsabilidad directa. Tampoco presentó documentos oficiales que respalden los gastos de organización del evento.
Uno de los puntos más críticos fue el trato recibido por la delegación del colegio Mariscal Orbegozo de Cotahuasi. Estos denunciaron abandono y desorganización a su llegada a la ciudad de Arequipa. Lejos de ofrecer disculpas o reconocer el error, Isuiza culpó a la delegación por “adelantarse” al horario prevista. Como si la gestión no tuviera la obligación de prever y atender imprevistos en un evento de carácter regional.
Tampoco hubo claridad sobre el manejo presupuestal. Y es que el funcionario no presentó ningún documento que detalle los gastos operativos y logísticos. A esto se suma el silencio sobre la deuda acumulada de más de 12 millones de soles en premios prometidos durante ediciones anteriores. Deuda que, año tras año, continúa sin resolverse.
Sobre este punto, el gerente se limitó a decir que “los ganadores tienen 90 días para presentar sus expedientes técnicos”. De esa forma trasladó la responsabilidad a los beneficiarios y no al GRA, que fue quien anunció públicamente los premios. Si bien mencionó que se aprendió de errores pasados, no ofreció plazos concretos para el cumplimiento de los compromisos pendientes, ni mucho menos garantías presupuestales para ello.
En su balance, calificó el pasacalle como “un éxito” porque, según su versión, se logró mostrar “la verdadera Arequipa profunda”. Sin embargo, la organización fue duramente criticada por delegaciones de provincias por la falta de alimentación, alojamiento y transporte adecuado. La improvisación y el desinterés logístico evidenciaron una gestión más interesada en el despliegue mediático que en el bienestar de los participantes.
Otro punto cuestionable fue la participación protagónica de Luz Marina Zeballos Patrón, esposa del gobernador Rohel Sánchez. Ella estuvo en primera línea recibiendo distinciones de autoridades distritales durante el evento. Consultado al respecto, Isuiza restó importancia a las críticas que la señalan por actuar como figura política en un acto institucional. “Sí mi esposa me acompaña, yo tengo que estar con ella. ¿Qué de malo tiene?”, dijo el funcionario.
Pese a los múltiples cuestionamientos, desde el Gobierno Regional no se anunciaron medidas de revisión o mejora de protocolos para próximos eventos similares. Y es que para la actual administración todo está bien, aunque la realidad es completamente diferente.