Cayma celebra su adobo con multitudes, sabor y fiesta

Cayma volvió a ser capital del sabor y la memoria. El Festival del Adobo Caymeño 2025 reunió a miles de comensales en torno al emblemático plato arequipeño que ha trascendido generaciones. Con 22 adoberas, música en vivo y el carisma del exfutbolista “Cuto” Guadalupe, la Plaza Francisco Bolognesi se transformó en el corazón de una celebración que no solo alimenta, sino que también refuerza la identidad local y dinamiza la economía del distrito.

Desde temprano, el aroma del adobo —con su combinación inconfundible de carne de cerdo, ají colorado y chicha de wiñapo— inundó la Plaza Francisco Bolognesi. El Festival del Adobo Caymeño se convirtió en un punto de encuentro entre tradición y modernidad. Donde miles de personas, familias enteras y visitantes degustaron más de 8,000 porciones del plato que ha definido generaciones en el distrito.

El alcalde de Cayma, Juan Carlos Linares, lideró la celebración. Destacó que esta edición reafirma el éxito de la iniciativa que cada primer domingo de agosto convierte al distrito en epicentro del orgullo gastronómico arequipeño. La declaratoria del “Día Nacional del Adobo”, conseguida el año pasado, otorga un nuevo peso institucional al evento que se realiza desde 1999.

La jornada también estuvo marcada por presentaciones musicales que reforzaron el espíritu popular del festival. Desde los yaravíes del Dúo Delgado hasta la cumbia de Lucho Cuéllar, el ambiente fue festivo y familiar. Entre los asistentes destacó el exseleccionado nacional Luis “Cuto” Guadalupe, quien no dudó en elogiar el sabor y la historia del plato emblemático. A él se sumaron autoridades de otros distritos y consejeros regionales.

Además de la plaza central, la actividad impulsó un circuito gastronómico más amplio en zonas como La Tomilla, Carmen Alto y Acequia Alta. Generando un movimiento económico que benefició directamente a decenas de pequeños negocios y cocineras locales. El adobo, que en Cayma puede encontrarse todos los días, sigue siendo más que un potaje: es un símbolo vivo de herencia, esfuerzo colectivo y sabor con historia.