Eliana Flores Romero, madre de 34 años, llegó sana a la clínica Sanna para un parto natural. Horas después, su familia recibió la noticia de su muerte. A un mes del hecho, el dolor sigue intacto y la indignación crece: sus padres exigen justicia, denuncian negligencia médica y acusan a la clínica de ocultar información clave. La investigación por homicidio culposo avanza a paso lento, mientras su hijo recién nacido ha quedado huérfano y su familia clama para que el caso no quede impune.
Frente a las puertas de la clínica Sanna, en Yanahuara, familiares y amigos de Eliana protestaron con pancartas, fotos y velas. “¡No fue un accidente, fue negligencia!”, gritaban en medio de la vigilia. Denuncian que la clínica es poco colaborativa. Esto porque no entregó documentos clave requeridos por la Fiscalía y temen que esta omisión intencional favorezca a los responsables.
Eliana había ingresado sin complicaciones para dar a luz por parto natural. Sin embargo, tras la extracción de la placenta —que habría estado anormalmente adherida— sufrió una hemorragia masiva. Fue sometida a una histerectomía de emergencia y trasladada a otra clínica, donde falleció horas después tras varios paros cardíacos.
La Fiscalía ha iniciado una investigación por presunto homicidio culposo y citó al personal médico involucrado. No obstante, para la familia, estas medidas son insuficientes. Su padre, Jesús Flores, exige prisión preventiva para el médico a cargo y la suspensión de actividades en la clínica mientras dure el proceso. “Si cumplieron los protocolos, ¿por qué mi hija está muerta?”, cuestiona entre lágrimas.
Además del dolor, los deudos enfrentan la difícil tarea de cuidar al hijo recién nacido de Eliana. Entre el luto y la indignación, mantienen firme su promesa de no dejar que este caso quede en el olvido. Para ellos, la justicia no es una opción, sino una deuda urgente.
