Un nuevo episodio de violencia marcó este jueves la protesta de los mineros informales frente al Congreso de la República. En medio de gases lacrimógenos y bloqueos policiales, los manifestantes intentaron reinstalarse en la avenida Abancay, luego de haber acampado por más de una semana en esa zona. La intervención de la Policía Nacional del Perú (PNP), que cercó el lugar con rejas metálicas, impidió su avance y desató un enfrentamiento que paralizó el tránsito vehicular y peatonal.
Los mineros demandan la ampliación del Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo) y la reincorporación de los más de 50 mil trabajadores excluidos del proceso. Además, cuestionan el archivo del proyecto de ley para la Minería Artesanal y de Pequeña Escala (MAPE), archivado por la Comisión de Energía y Minas del Congreso.
Desde días atrás, distintas bases mineras bloquean vías estratégicas a nivel nacional y amenazan con radicalizar sus acciones. Máximo Franco, dirigente de la Confederación Nacional de Mineros Artesanales del Perú (Confemin), anunció nuevas movilizaciones y acusó al Parlamento de legislar a favor de grandes concesionarios mineros. Según denunció, más de 20 millones de hectáreas están en manos de empresas sin considerar a quienes ya operan informalmente en esos territorios.
Mientras tanto, los gremios agrarios alzaron la voz contra los bloqueos. La Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP) advirtió que los cierres de carreteras constituyen un delito que atenta contra el libre tránsito y el abastecimiento nacional. Exigen al Estado intervenir con firmeza para restablecer el orden, dado que estas acciones ya han generado pérdidas millonarias y ponen en riesgo la seguridad alimentaria.
Aunque no se reportaron heridos, la situación refleja una tensión creciente entre el Ejecutivo, los sectores productivos y los trabajadores informales que exigen ser reconocidos y formalizados sin más exclusiones.