En plena ola de heladas en la sierra de Arequipa, la Compañía Minera Zafranal donó 500 frazadas al Gobierno Regional. El aporte fue entregado por su gerente de Gestión Social, Felicia Castro, como parte de sus programas de responsabilidad social. Sin embargo, la ayuda coincide con un conflicto legal entre la minera y el propio GRA por terrenos clave para su proyecto.
Zafranal mantiene una disputa con la Autoridad Autónoma de Majes (Autodema), entidad adscrita al GRA, sobre el uso de predios necesarios para su futura operación minera. Aunque las frazadas serán distribuidas en campañas del 17 al 19 de junio en la provincia de La Unión, la simultaneidad entre litigio y donación despierta cuestionamientos sobre la imparcialidad del gobierno regional al recibir recursos de una empresa con la que mantiene un pleito activo.
Las temperaturas en distritos como Pampamarca, Puyca y Huaynacotas ya caen por debajo de cero, según el Senamhi. El GRA ejecuta desde abril un plan de atención frente a heladas, que incluye entrega de abrigo, brigadas de salud y asistencia social. En este contexto, la donación de Zafranal encaja dentro del operativo. Pero los antecedentes en la región, donde frazadas y víveres han sido usados como propaganda política en beneficio de la esposa del gobernador, Luz Marina Zeballos Patrón, refuerzan la sospecha de que la solidaridad también puede ser estrategia.
Zafranal sostiene que su compromiso con el desarrollo regional se expresa en programas sociales. No obstante, cuando esa ayuda se da mientras disputa judicialmente terrenos con el Estado, la línea entre filantropía y presión se torna confusa. Recibir aportes en tales circunstancias sin un marco de transparencia ni reglas claras sobre conflictos de interés representa un riesgo institucional que el GRA no puede pasar por alto.
La ciudadanía espera que las frazadas lleguen sin fines ocultos. Urge que el gobierno regional publique un registro completo de las donaciones que recibe: quién entrega, qué entrega, a quién se distribuye y cómo. Porque cuando el frío aprieta, lo que se necesita es abrigo, no favores disfrazados. Ni pactos bajo cero.