El Ejército israelí interceptó en aguas internacionales el velero Madleen, que transportaba ayuda humanitaria hacia Gaza con la activista Greta Thunberg y otras figuras políticas a bordo. La embarcación partió de Italia y planeaba romper el bloqueo naval que Israel impone sobre la Franja. Organizaciones solidarias denunciaron que las fuerzas israelíes lanzaron sustancias químicas sobre la tripulación. Además, interrumpieron las comunicaciones y desactivaron el GPS antes de desviar el barco hacia las costas israelíes.
La Coalición de la Flotilla de la Libertad, que respaldó la misión, informó que perdió contacto con el Madleen después de la 1 am. Esto tras el abordaje de comandos israelíes. Según los activistas, drones sobrevolaron la zona y lanzaron una sustancia blanca no identificada. También reportaron interferencias en la radio y pérdida del sistema de geolocalización. La eurodiputada franco-palestina Rima Hassan, quien también iba a bordo, denunció en sus redes sociales que las fuerzas israelíes detuvieron ilegalmente a la tripulación durante más de 14 horas.
El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, confirmó que ordenó la interceptación para impedir que el barco llegara a Gaza. El Ministerio de Relaciones Exteriores celebró la acción en tono irónico y afirmó que los pasajeros “navegan de manera segura hacia las costas israelíes” y que “regresarán a sus países de origen”. Las autoridades israelíes justificaron la operación como parte de su política de seguridad y de control sobre el acceso a Gaza por vía marítima, que mantiene bloqueado el territorio desde hace años.
El velero Madleen zarpó el 1 de junio desde Italia con una escala en Egipto. Los organizadores lo presentaron como una misión humanitaria destinada a romper el cerco israelí y entregar ayuda directa a la población de Gaza. Diversas organizaciones de derechos humanos respaldaron la iniciativa, mientras que Israel la calificó como una provocación que violaba las restricciones impuestas en la zona. A bordo iban, además de Thunberg y Hassan, periodistas y cooperantes internacionales.
El operativo provocó una ola de críticas internacionales. Diversos gobiernos europeos exigieron explicaciones por el uso de la fuerza en aguas internacionales y por la detención de ciudadanos extranjeros. Grupos humanitarios acusaron a Israel de violar el derecho internacional y denunciaron que interceptar ayuda médica y alimentaria agrava la crisis humanitaria en Gaza. La participación de Thunberg amplificó el caso en medios globales y redes sociales, intensificando la presión diplomática sobre Tel Aviv.