En Arequipa no hay casos de intoxicación atribuibles al Programa Nacional de Alimentación Escolar (PNAE – ex qaliwarma y ex wasimikuna), tal como sucedió en otras regiones del norte del país. Sin embargo, la crisis nacional del programa afecta desde otras aristas a las instituciones educativas de la región Arequipa. En algunos colegios, los padres no pueden costear la compra de carnes cuya entrega por parte del programa ha sido paralizada como medida preventiva a nivel nacional.
Como se recuerda, el 6 de abril el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, tras el cierre del programa Wasimikuna ordenó la inmovilización de las conservas de pescado y pollo en todo el país. Esta medida implicaba también la prohibición de hacer uso de las existencias en los almacenes de los colegios y la paralización de nuevas compras hasta que las evaluaciones de salubridad culminen.
Ante esta situación, la Institución Educativa Santiago Antúnez de Mayolo en el sector de San Camilo, La Joya, el Comité de Alimentación Escolar está evaluando la posibilidad de pedir a los padres de familia una cuota extraordinaria adicional para financiar los alimentos cárnicos y continuar cocinando los alimentos en el colegio. «Al menos en la institución podemos garantizar que los chicos coman sus alimentos», sostuvo la directora Yenny Urrutia Mamani a un medio de comunicación local (Radio Satélite).
Sin embargo, la autoridad educativa también expresó su preocupación por el hecho de que existe la posibilidad de que los padres se nieguen a la cuota y tengan que tomar medidas extraordinarias. Una de esas medidas tiene que ver con el cambio de modalidad para que los estudiantes reciban canastas como contingencia.
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PNAE confirma dificultades

Al menos 20 instituciones educativas de la región han solicitado el cambio de modalidad de atención del servicio, de acuerdo al jefe de la Unidad Territorial del PNAE en Arequipa Rafael Enmanuel. «Inicialmente los papás se organizaron para comprar los productos (proteína). Sin embargo, algunos colegios nos dicen que ya se están agotando los fondos que disponían. Estos colegios que cambiaron de modalidad son pequeños», añadió.
Es decir, estas instituciones no pueden continuar cocinando los alimentos en sus instalaciones y han optado por recibir canastas. «Esto solo puede enmarcarse como fuerza mayor y es una medida estrictamente temporal», aclaró el funcionario. Esta también sostuvo que esta cifra de colegios representa un mínimo porcentaje en comparación a las más de 1 808 colegios que siguen gestionando la compra de productos cárnicos con fondos propios.
«En los colegios secundarios este tema es más delicado y no se puede dejar de atender porque los estudiantes salen más tarde por tener jornada escolar completa», narró Rafael Emanuel Zegarra.
Por otro lado, respecto al caso del colegio Virgen de Guadalupe, Rafael Emanuel Zegarra confirmó que un grupo de padres de familia decidió renunciar a ser beneficiarios del programa. Pero existe otro conjunto de 18 padres que sí desean continuar con la atención. El funcionario confirmó que a este último grupo se les estaría prohibiendo cualquier recepción de alimentos como presión por parte de los padres opositores. No obstante, aseguró que desde el programa se tiene la obligación de no dejar sin atención a este pequeño grupo.