Estados Unidos y Ucrania firmaron un acuerdo para crear un fondo conjunto de inversión destinado a la reconstrucción del país europeo tras la invasión rusa. En este Washington obtendría acceso preferente a futuros contratos relacionados con recursos naturales ucranianos. Si bien ambas partes aseguran que Kiev mantendrá el control soberano sobre su subsuelo, la iniciativa ha despertado debate por incluir cláusulas que, en la práctica, otorgan presencia y ventaja a empresas estadounidenses en sectores estratégicos. La firma del acuerdo ocurre en un contexto de creciente presión por parte de Donald Trump. Pues este ha condicionado el apoyo a Ucrania a cambios sustanciales en su política de defensa y explotación de riquezas minerales.
El Departamento del Tesoro de EE.UU. anunció el acuerdo y la ministra ucraniana de Economía, Yulia Svyrydenko lo confirmó. Esta afirmó que el nuevo fondo atraerá inversiones globales a Ucrania. Según el primer ministro Denys Shmygal, el fondo tendrá un sistema de votación 50/50 entre ambos países. Por lo que fue presentado como una alianza «igualitaria y beneficiosa». Shmygal también aseguró que todos los beneficios generados por el fondo se reinvertirán exclusivamente dentro del territorio ucraniano.
Uno de los puntos más sensibles del acuerdo está relacionado con el acceso preferente que Washington obtendría a proyectos de explotación de recursos naturales. Aunque Kiev insiste en que conservará el pleno control sobre su territorio, la redacción del borrador permite a Estados Unidos intervenir activamente en decisiones sobre contratos vinculados a minerales estratégicos. Esta concesión fue vista como una forma de asegurar el compromiso económico de EE.UU., especialmente ante los crecientes cuestionamientos sobre la continuidad del respaldo militar.
El expresidente Donald Trump, principal promotor de esta línea de negociación, exigió inicialmente derechos sobre 500 mil millones de dólares en recursos minerales. Esto como “compensación” por la ayuda militar entregada durante la administración de Joe Biden. Aunque la cifra no fue incluida en el acuerdo final, sus aliados insisten en que una mayor presencia estadounidense en el terreno ayudará a proteger las zonas ricas en minerales de actores no deseados. Trump también ha reiterado su intención de reducir los compromisos de seguridad de EE.UU. en el exterior, salvo que existan beneficios económicos concretos.
Mientras tanto, la situación militar y política de Ucrania sigue siendo incierta. El presidente Volodymyr Zelensky ha reiterado que no aceptará ninguna cesión territorial a Rusia, incluyendo Crimea, cuya anexión es rechazada por la comunidad internacional. No obstante, la presión estadounidense por un acuerdo de paz que incluya concesiones territoriales persiste, alimentando temores de que los intereses estratégicos de Ucrania puedan verse comprometidos en futuras negociaciones.