La tensión entre Estados Unidos y China por la influencia en América Latina subió de tono. En respuesta a declaraciones del secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, el canciller chino Wang Yi afirmó que los países de la región “no quieren ser el patio trasero de nadie”, sino construir su propio destino con independencia. La disputa se da en medio de una guerra comercial creciente y una lucha geopolítica por infraestructuras estratégicas como el Canal de Panamá.
El canciller chino respondió con dureza a las recientes afirmaciones del jefe del Pentágono, quien sostuvo que la administración Trump busca “recuperar” el control del llamado “patio trasero” en América Latina. Wang Yi señaló que América Latina ha dejado atrás esa lógica de subordinación. “Lo que los latinoamericanos quieren es construir su propio hogar, no ser el patio trasero de otros. Lo que buscan es la independencia, no doctrinas de dominación”, declaró el diplomático chino en un comunicado.
Las palabras de Wang Yi llegan en un momento particularmente sensible. Estados Unidos acaba de imponer un arancel del 145% a todos los productos provenientes de China, intensificando así la guerra comercial entre ambas potencias. A esto se suma la preocupación de Washington por la creciente presencia de empresas chinas en América Latina. Especialmente en sectores estratégicos como infraestructura, energía y telecomunicaciones.
Uno de los focos centrales de esta disputa es el Canal de Panamá. En una entrevista con Fox News, Hegseth afirmó que China ha ganado demasiada influencia sobre esta vía clave para el comercio internacional. “El presidente Trump dijo que China tiene demasiada influencia sobre el Canal de Panamá y que Estados Unidos iba a recuperarlo. Eso es exactamente lo que me encomendó”, declaró el secretario de Defensa. En su reciente visita a Panamá, Hegseth reiteró que recuperar el control sobre esa infraestructura es una prioridad de seguridad nacional.
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Estas declaraciones han generado incomodidad en varios gobiernos latinoamericanos, que perciben con recelo cualquier intento de reeditar la Doctrina Monroe bajo nuevas formas. En los últimos años, China ha firmado acuerdos comerciales y de cooperación con países como Brasil, Argentina, Perú y Panamá. De esa forma consolida su rol como principal socio comercial en varios de ellos. En paralelo, ha desplegado una estrategia diplomática que enfatiza el respeto a la soberanía y el desarrollo compartido.
La respuesta china busca posicionarse como contrapeso frente a una retórica estadounidense que, según Pekín, “desconoce la madurez política y económica de América Latina”. Además, sirve como mensaje hacia los propios países de la región, a quienes China invita a rechazar visiones unilaterales y optar por una multipolaridad internacional que favorezca el diálogo y la inversión sin condicionamientos.