Cansados del silencio oficial y del avance de la delincuencia, vecinos de la urbanización Chapi Chico, en Miraflores (Arequipa), realizaron un plantón frente a la municipalidad. Exigieron medidas urgentes para frenar la venta de drogas en su zona. El foco del conflicto es el campo deportivo local, que, tras años de abandono y criminalidad, fue recuperado por la comunidad. Hoy temen volver a perderlo.
Durante más de una década, el campo deportivo estuvo tomado por delincuentes. Era un punto fijo de venta de drogas, consumo de alcohol y violencia. Hoy, el espacio ha cambiado: niños, adultos mayores y vecinos lo usan para hacer deporte y convivir con seguridad. Pero hay una norma que obliga a mantenerlo abierto al público, sin control de acceso.
Los residentes se oponen a esa reapertura sin vigilancia. Temen que el libre ingreso permita el regreso de los vendedores de droga y sus clientes. En las pancartas de la protesta, los mensajes fueron directos: “No queremos otra vez a los narcos en el barrio”. La preocupación crece con cada día que pasa sin respuestas concretas.
El alcalde Germán Torres reconoció el problema. Dijo que se han identificado al menos tres puntos de venta de drogas en la zona. Por eso, ya pidió al general Olger Benavides, jefe de la IX Región Policial Sur, más personal, patrulleros y motos. “La Policía tiene que ponerse a chambear”, declaró.
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Tras la manifestación, los vecinos lograron reunirse con el alcalde y la mayor PNP July Gómez Chamorro, jefa de la comisaría de Alto Misti. Durante el encuentro, coordinaron acciones inmediatas para recuperar la seguridad del sector. El ambiente fue tenso, pero los acuerdos llegaron.
El primer paso será instalar un Punto de Resguardo Inmediato (PRI) en la urbanización. También se reforzará la vigilancia policial con más patrullajes diarios. Los vecinos, sin embargo, no se conforman: anunciaron una nueva movilización en 15 días si no hay resultados visibles en las calles.
En esa marcha exigirán la intervención del general PNP, del Ministerio Público y del gobernador regional Rohel Sánchez. “No queremos más promesas, queremos seguridad real”, dijo uno de los organizadores. El mensaje es claro: la comunidad no va a soltar lo que tanto le costó recuperar.