Por Miguel Ocas Saravia
El bloqueo del puente Ocoña volvió a convertirse en un punto crítico de la Panamericana Sur. Desde tempranas horas, cientos de mineros artesanales de Secocha, Alto Molino y Eugenia cerraron el paso vehicular para demandar la ampliación del REINFO, herramienta que —afirman— necesitan para culminar su proceso de formalización sin perder sus labores mineras. Más tarde lo mismo ocurrió en Chala, donde mineros bajaron desde Relave y otras zonas. La jornada dejó extensas filas de vehículos varados y un clima de tensión que amenaza con prolongarse indefinidamente.
La mañana inició con el tránsito completamente detenido en ambos sentidos del puente Ocoña, donde los manifestantes se apostaron portando pancartas y megáfonos para hacer visible su reclamo. La congestión se extendió por kilómetros y obligó a transportistas y pasajeros a esperar durante horas bajo el intenso sol de la zona. Aunque algunos intentaron dialogar con los dirigentes para habilitar un carril, la respuesta fue clara: la medida no se levantará hasta que el Gobierno atienda la solicitud de ampliación del REINFO.
Los mineros sostienen que la extensión del régimen es indispensable para quienes llevan meses avanzando en el proceso de formalización. Aseguran que, sin una prórroga, miles podrían quedar fuera del sistema y perder sus fuentes de ingreso. Situación que consideran injusta y contraria a la promesa estatal de promover la minería artesanal en orden y legalidad. Recordaron, además, que ya habían anunciado la protesta mediante comunicados difundidos en redes sociales.
En medio de la tensión, el subprefecto de Ocoña coordinó acciones con la Policía Nacional para evitar incidentes mayores. Sin embargo, confirmó que los mineros acordaron un cronograma de bloqueos progresivos a partir de este lunes, que se ejecutará de manera indefinida. El plan establece cierres de 11:00 a.m. a 3:00 p.m., una hora de pase temporal y un nuevo bloqueo de cuatro horas, esquema que podría endurecerse si no reciben una respuesta concreta del Ejecutivo.
El impacto en la Panamericana Sur ya comienza a sentirse. Transportistas de carga pesada alertan que los retrasos comprometen entregas programadas, mientras los pasajeros denuncian afectaciones en rutas interprovinciales.
