Por Sergio E. Mostajo Cuentas. Periodista
Ya no me sorprende ver al presidente interino asistir a actividades que poco o nada suman al encargo que se le ha dado; lo último, ir a las instalaciones del Instituto de radio y televisión del Perú – IRTP – para supervisar la programación. Lo que ya linda con el despropósito y la distracción. ¿Qué?, ¿por qué?, ¿ara qué?, no lo entiendo y seguro estoy que ustedes tampoco.
Parece estar DESLUMBRADO POR EL PODER, que no tiene claro lo acontecido y la forma en la que llegó a él. Parece que no llega a dimensionar el trabajo que le han dado. Se lo recordaremos, solo debe gestionar un gobierno de escasos meses con encargos puntuales:
– Preservar el sistema democrático, garantizando un proceso electoral transparente.
– Mantener los indicadores macro económicos dejados por el gobierno anterior.
– Disponer que los grandes proyectos de infraestructura sigan su curso y se concreten en los plazos previstos.
– Elaborar el presupuesto nacional 2026, con sensatez y cordura.
– Resolver temas y problemas coyunturales en el ejercicio de la gestión, de manera colegiada, con el concurso del gabinete de ministros y de expertos.
– Y, el principal, trabajar denodadamente en el combate a la criminalidad implementando las acciones necesarias e imperativas para ello.
Nada más, en diez meses no podrá hacer más. Si lo hace bien será presidenciable en futuras elecciones, por ahora la visita y recorrido por el país me suena a proselitismo político. Lo queremos gerenciando el gobierno interino, no distraído en viajes, en operativos policiales, en visitas a canales, en despedidas a delegaciones deportivas. O mostrarse con casacas de la FAP, con chamarras del Ejército, con gorritos de la PNP, con ponchos o sombreros típicos. No, no queremos eso, ya tuvimos bastante con Castillo y Boluarte.
Debe ponerle fin a las reuniones del consejo de estado que terminan en conferencias de prensa donde se anuncian todas las acciones y estrategias que el gobierno implementará para combatir a la delincuencia. ¿No se supone que son secretas y que buscan asestar golpes duros e inopinados?, ¿capturar a los cabecillas y desarticular las bandas criminales?
Flaco favor le hace aumentar sueldo a funcionarios de planillas doradas, tampoco ayuda entregar vehículos nuevos de alta gama – Audis y Toyotas – a oficiales de la Policía, mientras hay decenas de comisarias que trabajan en la indigencia. No le hace bien favorecer a amiguitas promoviéndolas a puestos y cargos expectantes con jugosas remuneraciones. Debe saber que no hay nada oculto bajo el sol, que sus decisiones estarán siempre bajo la lupa de periodistas y medios independientes.
No deseo que le vaya mal, su éxito será el de todos si consigue hacer un buen gobierno. Debe aprovechar la breve luna de miel y los curiosos sondeos de opinión que le otorgan envidiables niveles de aceptación. Pero eso es efímero y puede cambiar, abruptamente, de un momento a otro.
Finalmente, es necesario que nosotros, como colectividad, como ciudadanos, como peruanos, nos involucremos en la desigual lucha que las fuerzas policiales libran contra los criminales. Solas no podrán. Recordemos que los delincuentes son seres de carne y hueso, viven, comen, caminan entre nosotros, entonces, con todo el cuidado del caso y de forma anónima, debemos revelar y denunciar donde están sus escondites para que la Policía haga su trabajo; no son marcianos, están entre nosotros.




