Por Omar J. Candia Aguilar. Abogado y político. Mail: ocandia@unsa.edu.pe
En más de 200 años de historia republicana, nunca como hoy, se ha tenido una cantidad tan desbordante de partidos políticos, y por tanto, de candidatos a los diferentes cargos en una elección. De acuerdo a información del JNE en esta contienda electoral participaran 39 organizaciones políticas, para la cámara de diputados -de acuerdo a la reforma constitucional- para los 130 escaños participaran 6162 postulantes; para los 60 curules de la cámara de senadores, postularan 3354 candidatos. Para la presidencia y las dos vicepresidencias, postularan 117 candidatos, y para el parlamento andino 624 candidatos entre los titulares y los suplentes.
Estos números, son una imagen de la desinstitucionalización y fragilidad de la política peruana. En puridad, un partido político para obtener la inscripción en el registro de organizaciones políticas debe pasar por un conjunto de filtros, si su candidato pretende gobernar el país, debemos estar frente a un partido que se baste por si sólo para gobernar, con los cuadros técnicos y políticos suficientes. No sólo se debe exigir formalidades para la constitución de un partido, como estatutos, ideario y programa, además, se debe exigir una organización nacional, dirigencia y organización regional, provincial y local, actividad política, locales de formación a la militancia, etc. Pero, la realidad nos demuestra que nada de esto existe, que la gran mayoría de organizaciones políticas son cascarones, etiquetas electorales con candidatos sin militantes, con postulantes sin ideología, con pretensiones de gobernar sin programa, con candidatos que cambian de organización política en cada elección.
Con 39 organizaciones políticas y más de 9 mil candidatos, estamos lejos de un multipartidismo responsable; por el contrario, se debilita la institucionalidad política, se vuelve precaria, donde la opinión política se divide en pequeños y numerosos grupos, inestables, efímeros, confundiendo al elector y convirtiendo la campaña política en un verdadero desorden electoral.
Nos queda claro que no estamos frente a un verdadero multipartidismo, ni siquiera podemos hablar de un sistema de partidos políticos, y esto es pavoroso para la vida en democracia. Porque son los partidos políticos los encargados de organizar la democracia y de representar el pluralismo político. Nos guste o no, es el sistema de partidos políticos una garantía para institucionalizar la actividad política en el país. Nunca antes, en nuestra historia política, se había registrado tal número de candidatos. Pero este fenómeno, que podría parecer una expresión de vitalidad democrática, en realidad pone de manifiesto la crisis estructural del sistema de partidos políticos en el Perú.




