Planeta Cadáver: Bodas de calabaza

Por Jorge Condorcallo Ccama

(Cuento que obtuvo una mención honorífica en el Concurso de Cuentos de Terror 2025 que organizó el Foro Cultural La Casa de las Serpientes de México)

En su décimo tercer aniversario, Juan y Marita prepararon la celebración de su alianza. Trece años de amor, aunque también de problemas; pero ahí estaban, uno al lado del otro. Para darle una nota pintoresca, Marita contaba que celebraron su matrimonio un 31 de octubre para aprovechar los feriados.

Juancito propuso que, en la cena de festejo, ambos dieran a conocer sus pensamientos y deseos. Así lo hicieron. Al final de la noche, rodeados de velas místicas, telarañas, calabazas y calaveras de plástico, intercambiaron sus sobres y se lanzaron miradas de complicidad.

Leyeron al mismo tiempo, y los conmovió la sinceridad de quien les había jurado amor eterno. Los sorprendió la coincidencia, porque se deseaban lo mismo. Juan miró con incredulidad las sobras del asado en el plato; Marita sintió arcadas al relamer el vino impregnado en sus labios.

La noche de brujas acabó.

Con la primera luz del día, los niños bajaron para atiborrarse con los chocolates y caramelos del Halloween que les habían dejado en los tazones. Comprobaron, en sus juegos, que los muñecos reventados sobre la mesa eran sus padres, doblados por la muerte y transfigurados por el terror.

Gritaron tanto los pobrecitos que no les quedó voz para lamentar lo que revelaban ambas cartas, cada una a su manera:

«También envenené los dulces favoritos de tus hijos…»