En un contexto donde el oro sigue siendo uno de los metales más demandados del planeta, la formalización de los mineros artesanales y de pequeña escala se ha convertido en un desafío urgente. OCIM, miembro de la London Bullion Market Association (LBMA), plantea una ruta para integrar a este sector dentro de una cadena de valor ética y verificable. Su apuesta pasa por fortalecer las plantas procesadoras en el sur del Perú, que actúan como el eslabón que une la producción local con los estándares globales.
El crecimiento del mercado aurífero mundial ha dejado en evidencia una brecha estructural: miles de pequeños mineros peruanos siguen operando fuera del circuito formal. Sin acceso a tecnología, financiamiento ni precios justos, su producción circula por canales informales que dificultan el control ambiental y tributario. OCIM propone cerrar esa brecha con un modelo basado en la trazabilidad y el cumplimiento de las normas internacionales.
La iniciativa se apoya en la guía publicada por la OCDE en 2010 y en la directiva de la LBMA de 2012, que exige a los refinadores Good Delivery cumplir con reglas de transparencia y responsabilidad social. En ese marco, OCIM opera sus plantas Victoria y Yakari, ambas en el sur del país, donde transforma el mineral artesanal en oro certificado y trazable.
Según Laurent Mathiot, presidente y director ejecutivo del Grupo OCIM, las plantas de procesamiento son clave para consolidar cadenas de suministro responsables. Su papel no se limita a refinar el metal, sino que facilita la integración progresiva de los mineros artesanales a la economía formal. “El modelo impulsa el desarrollo regional, fortalece la recaudación fiscal y garantiza estándares internacionales”, afirmó el directivo.
Por su parte, Iván Salas, director de OCIM en Perú, subraya que el trabajo con las dos plantas es solo el primer paso de un plan más amplio. La estrategia busca aumentar los ingresos de los pequeños productores, mejorar sus condiciones de seguridad y tecnología, y reforzar la función reguladora del Estado. Con ello, OCIM pretende demostrar que la minería responsable no solo es posible, sino rentable y sostenible para el país.




