Oswaldo Calle Talavera. Analista Político

Como quien se tropieza con una lámpara y sale el genio para cumplir su deseo, arreglarle la vida y ponerlo en el escenario político, José Enrique Jerí Oré, con 11 600 votos, se hace congresista como accesitario ante la inhabilitación de Martin Vizcarra que obtuvo 164 000 votos, esta diferencia nos señala también una diferencia política. El novel Jerí, primero congresista, después presidente del congreso, y hoy por sucesión constitucional, Presidente De La Republica, con sólo 38 años se encuentra con una presidencia que en sus mejores deseos de optimismo no visualizó.

¿Es José Jerí el indicado para asumir la presidencia? Este artículo no busca el análisis jurídico de la pertinencia en la vacancia de Boluarte, quién fue despedida de primera mandataria, por incapacidad moral permanente; siendo esto el origen de todo, eso merecería otro análisis jurídico sobre la institución y corrección del artículo 113 de nuestra constitución.

Es pertinente hacerse la pregunta y hacérsela a los partidos que sostuvieron a Boluarte en el poder en sus 7 mociones de vacancia, los mismos partidos que en el momento de una posible censura a la mesa directiva del congreso, decidieron dar el espaldarazo a Jerí y hacerlo presidente.

El novel presidente de Perú fue un personaje de perfil bajo hasta antes de ser presidente del congreso, siempre interesado en comisiones importantes como la de presupuesto, el aún congresista era un entusiasta redactor de la red “X”, un emotivo escribidor de frases románticas y seductoras, autor pasional de frases de conquista y expresivo creador de lo que se le venía a la cabeza o lo que sus ojos veían, su cabeza pensaba y sus manos no se podían impedir escribir.

No voy a repetir ni citar las frases, porque son conocidas por todos, ni profundizar en el tema de la denuncia por violación, archivada por el fiscal de la Nación, que hoy le es señalado por la ciudadanía.

Jerí, demuestra en su primer discurso como presidente de la Republica, que no estamos ante un intelectual (mi memoria lo compara con Francisco Sagasti y no le hace un favor), que no es un orador, que sus intereses políticos válidos responden a la actualidad nacional, que no estamos ante una cabeza iluminada en el descubrimiento del talento en la tarea política nacional. José Jerí, sabía que iba a ser presidente antes de la votación para la censura de la mesa directiva del congreso, es por eso que se cambia de corbata, en búsqueda de una mejor foto para ocupar el cargo más alto en el mandato popular nacional.      

Entre sus aficiones y hoy descubrimientos, vemos a un José Jerí entusiasta en redes sociales, que recibía a influencers y políticos de moda, que, en afán populista, intentaba ser gracioso, forzando ser juvenil, con falsos gestos y postizos ademanes que buscaban solamente redito político, revelando un artificial carisma que escondía, quizás, carencias de habilidad para la seducción y transmisión en la comunicación política.

Jerí, desea tener un estilo propio, remanga las mangas de su camisa y se presenta en el lugar de los hechos ante un problema, camina con determinación para las fotos y escribe en sus redes de madrugada, sale de su nueva casa, desde donde despachará y recibe al alcalde de Pataz desde la plaza y lo invita a entrar juntos a Palacio de Gobierno, se toma unas fotos que después publica. Intenta ser protagonista en acción y dar la sensación que el presidente sabe “ensuciarse las manos”.

La única forma de saber si Jerí es capacitado en el cargo sería dejar que lo compruebe, pero en el Perú, un país en urgencias, eso no basta, el pueblo exigía una imagen en quien confiar y que tenga currículo y pasado limpio, con comportamiento respetable, sin acusaciones ni cuestionamientos y con la suficiente talla para ser llamado presidente del Perú y que nos represente con un mínimo orgullo.

Este articulo tuvo que ser modificado, porque mientras se redactaba, Jerí, juramentaba a su nuevo gabinete. Llama la atención que se haya elegido a Ernestó Álvarez, ex presidente del Tribunal Constitucional, cuestionado por tener denuncias de secuestro y al igual que Jerí, por violación, que fueron archivadas. Secretario general del PPC, tuvo que pedir licencia a su partido para asumir el premierato. En la cartera de justicia el titular es Walter Martínez Laura, quien a último momento le habría ganado -por chismes- a Wilmer Medina, quien públicamente llamaba “terruca” a la CIDH y que afirmaba que había que imprimir sus resoluciones para envolver pescado.   

El país es un adolescente con exigencias, con falencias y traumas que esperan una dirección, el país se hunde y es ese mendigo sentado en el banco de oro al que se refería Raimondi, el Perú debe curar sus cóleras, sus penas, sus temores, pero cómo hacerlo cuando lo básico no esta garantizado. La democracia cojea y la población agotada sólo busca una luz para volver a creer y no caer en el hastío.

La ancha base señalada por el presidente Jerí, no se dio, parece que los personajes con capacidad y limpios son difíciles de encontrar o no son una opción para el nuevo mandatario.  

El gobierno cambió de cara, mas nueva, más joven, más fresca, pero el sostén sigue siendo el mismo y parece una estrategia para distraernos y darles la posibilidad de hacer campaña con mayor tranquilidad y sacando rédito político.

Vamos a ver cuánto dura este nuevo presidente, vamos a observar y criticar su desenvolvimiento en un cargo que no está hecho para formar políticamente a nadie, el país busca ejecución y resolución de problemas que esperamos se hagan con rapidez.

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