Ejecuciones públicas y caos en Gaza tras tregua con Hamas

La esperanza de un alto el fuego duradero en Gaza se desmorona entre disparos, ejecuciones y miedo. Menos de 24 horas después de la firma del acuerdo de paz mediado por Donald Trump, combatientes de Hamas volvieron a tomar las calles y asesinaron públicamente a siete hombres acusados de “colaborar” con Israel. Los enfrentamientos con grupos rivales y la represión interna exponen la fragilidad del acuerdo y la persistente inestabilidad en la región.

El martes por la mañana, videos difundidos en redes mostraron una escena estremecedora: siete hombres arrodillados, con las manos atadas y rodeados por terroristas de Hamas antes de ser ejecutados frente a una multitud que gritaba “Allah Akbar”. La agencia Reuters confirmó la autenticidad de las imágenes a través de una fuente vinculada al propio grupo islamista. La misma que justificó los asesinatos como “operaciones de limpieza” contra presuntos colaboradores.

Simultáneamente, estallaron enfrentamientos en el barrio de Sajayiyeh, en la ciudad de Gaza, donde milicianos de Hamas intercambiaron disparos con bandas rivales. Según medios palestinos, al menos una decena de personas han muerto en los últimos días a raíz de estos choques internos. Voceros del grupo afirmaron que buscan “restaurar el orden”. Aunque fuentes opositoras aseguran que la violencia es parte de una maniobra para reafirmar su control ante la posible llegada de una fuerza internacional.

El caos se desató justo después de la liberación de los últimos 20 rehenes y de la firma del acuerdo de alto el fuego, presentado como un “amanecer histórico” para Gaza. Sin embargo, la brutal respuesta de Hamas revela las profundas fracturas que impiden consolidar la paz.

La Unión Europea expresó su “profunda preocupación” y pidió contención, mientras Israel mantiene posiciones estratégicas en el enclave y niega violar la tregua. A pesar del repliegue militar, la violencia persiste. Hamas promete más persecuciones contra “colaboradores”, mientras la población civil sigue atrapada entre la represión interna y el miedo al retorno del conflicto.

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