Sector público gana más que privado, pero sin mejoras en servicios

Un informe del BID reveló que los trabajadores públicos ganan, en promedio, mucho más que los del sector privado. En 2020, la diferencia ya era del 43%, y en 2025 la brecha se mantiene: los empleados estatales perciben sueldos más altos incluso en puestos con menor nivel educativo. Pese a ese incremento, los servicios públicos —educación, salud y justicia— continúan mostrando deficiencias estructurales y una productividad en retroceso.

El análisis de Vigilante.pe confirma que la brecha salarial se amplió en lo que va del año. Entre enero y julio, los sueldos en el Estado crecieron 9.1%, mientras que en el sector privado retrocedieron 3.2%, arrastrados por el bajo dinamismo económico. Esa diferencia plantea una duda que no deja de incomodar: ¿más gasto significa mejores resultados?

La evidencia apunta en dirección contraria. En educación, los incrementos salariales no se reflejan en mejoras del aprendizaje. En salud, las huelgas, las largas esperas y la falta de personal evidencian un sistema que no logra responder a las demandas ciudadanas. En justicia, los procesos se enredan en la lentitud burocrática y la mala gestión fiscal, pese a los mayores presupuestos destinados al personal.

El problema no solo es de eficiencia, sino de prioridades. El Presupuesto Público 2026 crecerá apenas 2.2%, pero el gasto en planillas aumentará 12%, mientras los recursos para obras caerán 13%. En la última década, el presupuesto para personal subió 152%, sin que los servicios públicos muestren una mejora perceptible.

Los contribuyentes siguen cargando con un aparato estatal cada vez más costoso. Los impuestos que deberían traducirse en mejores escuelas, hospitales o infraestructura, terminan sosteniendo una planilla que crece sin resultados. La pregunta se repite en cada presupuesto: ¿hasta cuándo el país financiará un Estado que paga más, pero ofrece menos?