El 30 de septiembre, la Municipalidad Distrital de Yanahuara anunció, mediante una nota de prensa, la clausura de la discoteca Filin, una de las más concurridas de la avenida Ejército. Este aviso se hizo público acompañado de fotos y videos que luego fueron replicados en medios locales e incluso ratificadas por el alcalde Sergio Bolliger. Esto para reforzar la idea de que la comuna había actuado con mano firme frente a las infracciones nocturnas. Pero, en realidad, nada de eso ocurrió. La discoteca jamás cerró. Por el contrario, el último fin de semana atendió con total normalidad.
El “show” sobre Filin

En la nota institucional, la comuna aseguró que el establecimiento seguía atendiendo al público a las 3:43 a. m., cuando su licencia solo le permitía funcionar hasta las 3:00 a. m. Por ello, se ordenó la clausura por 15 días y se impuso una multa del 50 % de una Unidad Impositiva Tributaria (UIT).
Además, se detalló que en el mismo operativo inopinado se intervino otro negocio, un minimarket Tambo de la misma avenida, que también habría sido clausurado por exceder el horario de atención. Esta noticia se difundió ampliamente en redes sociales. Incluso, se mostró los carteles de clausura en la puerta del local nocturno.
Incluso, este medio pudo acceder al acta Nº 0591 interpuesta el pasado 28 de setiembre y en la cual se puede ver claramente que se interpuso la medida provisional de clausura por 15 días por funcionar fuera del horario establecido. Incluso, el fiscalizador Clayton Mayca, advierte que pasadas las 4:16 de la mañana se escucha bulla al interior de la discoteca y se ve gente saliendo. Ante esto intentó ingresar pero el personal de seguridad del local no lo dejó pasar. Sin embargo, ante la evidencia del funcionamiento, Mayca preparó el acta. La misma fue firmada a las 4:43 de la mañana por Andrés Loayza, representante de la discoteca Filin. Este incluso no puso observación más que la excusa de que no le avisaron que los fiscalizadores estaban en la puerta del local.
Pero en los días siguientes, los hechos contaron otra historia. La discoteca Filin continuó funcionando con total normalidad, incluso con presencia de serenos municipales en su ingreso. Lo que causa extrañeza es que la comuna ni siquiera optó por una rectificación, sino que pretendió guardar silencio sobre este hecho.
Salió a la luz

Ante las evidencias, el propio municipio se vio obligado a retroceder en su versión. El gerente de Administración Tributaria, Harold Valentín Nina Berríos, reconoció a Revelación.pe que en realidad la discoteca nunca fue clausurada. Según el funcionario, existieron “malos entendidos” y descoordinaciones entre los fiscalizadores y el personal de apoyo de la institución.
Sucede que durante la intervención, inicialmente, el vigilante del local se negó a abrir las puertas a los fiscalizadores, por lo que se levantó un acta por negarse al control municipal. Sin embargo, cuando el administrador permitió el ingreso, los inspectores encontraron únicamente mozos, vigilantes y personal de limpieza. Con esto, decidieron anular la medida de clausura que se había dispuesto inicialmente.
“El local no estaba atendiendo al público. Solo había trabajadores. Entonces no se configuró la infracción. Legalmente no se clausuró”, explicó el gerente. En cambio, señaló que la única sanción aplicada fue una multa de una UIT (5,350 soles) por tener un letrero en alto relieve con el nombre ‘Filin’ sin autorización municipal.
El propio gerente deslindó responsabilidad sobre las imágenes que circularon mostrando sellos de clausura en la fachada. Según dijo, quien colocó esos letreros fue un sereno que solo brindaba apoyo en el operativo y no formaba parte del equipo de fiscalizadores. Por ello, esa acción no tuvo validez administrativa.
Trata de justificarse

El funcionario municipal trató de justificar el hecho señalando que los operativos nocturnos son parte de una campaña de fiscalización constante para controlar horarios, aforos y niveles de ruido. Sin embargo, sus propias declaraciones revelan que la supuesta clausura fue un acto improvisado que nunca se concretó.
“Nosotros respetamos el principio de legalidad. Haber clausurado por negarse al control municipal cuando finalmente nos dejaron ingresar hubiera sido un abuso de autoridad”, agregó. Pese a la explicación, la pregunta persiste: ¿por qué la municipalidad emitió una nota de prensa afirmando lo contrario? ¿Porqué no se continuó con la clausura si era evidente que pasadas las 3 de la mañana el local seguía atendiendo, como consta en la acta?
A la fecha, Filin sigue operando con normalidad mientras el municipio. No existe ninguna medida complementaria de cierre preventivo o temporal. Aunque desde la comuna aseguran que los operativos persistirán y de encontrarse infracciones, procederán con las clausuras conforme ley.
Permisivos con Filin
Anteriormente, la gestión de Sergio Bolliger ya había salido en defensa del funcionamiento de Filin. En su momento, el edil aseguró que el proyecto fue autorizado desde sus inicios como discoteca y que cumplió con todos los requisitos técnicos y legales. “Desde el primer momento se dijo que iba a ser una discoteca. No se ha camuflado nada. Se hizo la consulta a todas las entidades pertinentes: Municipalidad Provincial, Ministerio de Cultura, Colegio de Ingenieros y Colegio de Arquitectos. Todos coincidieron en que era procedente”, afirmó.
El burgomaestre también señaló que la obra estuvo paralizada por once meses debido a una supuesta irregularidad detectada en el uso de una licencia que no correspondía, y utilizó este argumento para negar cualquier vínculo económico o interés personal en el negocio..
En el fondo, parece que existe la intención de justificar la existencia del local en atender las preocupaciones vecinales sobre ruido, desorden y deterioro del entorno urbano. En lugar de escuchar las quejas, el alcalde prefirió desacreditar las manifestaciones de ciudadanos que rechazaron la licencia del establecimiento.