Venezuela acusa a EE. UU. de acercar cazas a sus costas

Venezuela volvió a encender las alarmas en el Caribe. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, acusó a Estados Unidos de acercar cinco cazas F-35 a las costas del país sudamericano, en lo que consideró un acto de provocación. El episodio se produce en medio de un clima político y militar agitado, marcado por operaciones antidroga en la región y nuevas medidas anunciadas desde Washington.

En una transmisión por la televisión estatal, Padrino López sostuvo que el Sistema Aéreo de Defensa detectó “más de cinco vectores” en la Región de Información de Vuelo (FIR) de Maiquetía. Según detalló, los aviones habrían despegado desde Puerto Rico y volaban a 35.000 pies de altura con una velocidad de 400 nudos. Para el ministro, esta maniobra constituye una “grosería y amenaza contra la seguridad de la nación”.

El funcionario venezolano aprovechó para reiterar sus críticas a lo que denominó “el imperialismo norteamericano” y aseguró que el Gobierno de Nicolás Maduro “no se dejará intimidar” por las incursiones aéreas. Sus palabras coincidieron con las recientes operaciones de la marina estadounidense, que neutralizó cuatro embarcaciones con droga procedentes de Venezuela, acciones que fueron señaladas por Amnistía Internacional como excesivas y contrarias a las normas internacionales.

En paralelo, un documento difundido por The Associated Press reveló que el expresidente Donald Trump declaró a los cárteles de la droga como “combatientes ilegales”. Bajo esa premisa, el Pentágono notificó al Congreso que el país se encuentra en un “conflicto armado no internacional”, sin precisar contra qué organizaciones se desarrolla dicho enfrentamiento. La falta de claridad en el informe generó frustración entre los legisladores estadounidenses.

Este cruce de acusaciones y operaciones militares intensifica la tensión entre Washington y Caracas. Para Venezuela, los vuelos sobre el Caribe representan una amenaza directa a su soberanía, mientras que Estados Unidos insiste en mantener su ofensiva contra el narcotráfico en la región, abriendo un nuevo capítulo de fricciones diplomáticas y militares en el hemisferio.