En una movida marcada por la presión política y las aspiraciones electorales, Juan Manuel Cavero Solano juró este jueves 2 de octubre como nuevo ministro de Justicia y Derechos Humanos. Su nombramiento se produjo luego de la renuncia de Juan José Santiváñez, quien dejó el cargo tras poco más de un mes de gestión. La presidenta Dina Boluarte encabezó la ceremonia de juramentación en Palacio de Gobierno junto al Consejo de Ministros.
La salida de Santiváñez estuvo rodeada de polémica. Aunque el exministro alegó que dimitía para postular en las elecciones generales de 2026, su renuncia coincidió con la inminente discusión de una moción de censura en el Congreso. Además, arrastraba cuestionamientos por un audio difundido por Panorama. En este se le vincula a un presunto pacto de favores ministeriales junto al presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Arana, en beneficio de un policía relacionado a la organización criminal Los Pulpos.
Cavero no es ajeno al sector Justicia. Se desempeñó como jefe de gabinete de asesores y, bajo la gestión de Santiváñez, lo nombraron miembro del consejo directivo de la Procuraduría. Esa decisión provocó la salida de Silvana Carrión como procuradora ad hoc del caso Odebrecht. Lo que generó críticas por un supuesto debilitamiento de la defensa del Estado en el proceso Lava Jato.
El nuevo ministro cuenta con una amplia trayectoria en el sector público. Es abogado por la Universidad de Lima, con maestría en Gestión Pública en la Universidad del Pacífico y diversas especializaciones. Ha ocupado cargos de responsabilidad en la Sunat, Emape, Sutran, ATU, el Gobierno Regional del Callao, el SAT y el Ministerio de Economía y Finanzas. Su experiencia en asesoría legal y gestión pública lo coloca como un funcionario con amplio recorrido técnico.
El reto ahora será encabezar el Ministerio de Justicia en medio de cuestionamientos sobre la independencia de la Procuraduría y bajo la mirada crítica de un Congreso que, en las últimas semanas, intensificó su presión sobre el Ejecutivo. La gestión de Cavero comienza en un escenario marcado por la incertidumbre política y la necesidad de fortalecer la institucionalidad en la defensa de los intereses del Estado.