La Contraloría General de la República detectó múltiples problemas en la elaboración del expediente técnico para la optimización del Túnel 9 en el sistema de aducción Coloca — Siguas del proyecto Majes Siguas I. Los problemas abarcan desde fallas ambientales hasta deficiencias graves en los estudios de geología e hidrología. Esto pone en riesgo la ejecución de la obra y los recursos invertidos.
Uno de los hallazgos más preocupantes es que la consultora ambiental presentada por el Consorcio Túnel 9 – Derivación Colca, integrado por Samuel Ismael Quisca Astocahuana y CISPDR Corporation Sucursal del Perú, no contaba con la acreditación oficial para elaborar los estudios requeridos. Además, los plazos establecidos para obtener la certificación ambiental eran demasiado cortos, apenas 33 días, cuando un procedimiento de esta naturaleza suele tardar varios meses.
La falta de acreditación de la consultora y la improvisación en los tiempos no solo incumplen las normas, sino que también comprometen la validez legal de la certificación ambiental. Sin esta certificación, el proyecto podría paralizarse indefinidamente, afectando a miles de agricultores que dependen del agua que se transporta por este sistema.
Estudios incompletos

Otro aspecto alarmante fue el estudio de geología y geotecnia presentado por el consorcio. Este tenía omisiones graves y contradicciones en relación con lo que exigían las bases del contrato. El ente de control identificó que el informe carecía de la firma del especialista en prospecciones geofísicas, un requisito indispensable para validar los resultados.
Además, durante la revisión se comprobó que varios puntos de exploración del terreno (calicatas) no tenían la descripción detallada de las capas de suelo. Esto significa que no se cuenta con información confiable sobre la resistencia y características del terreno donde se pretende reforzar el túnel. Lo que puede derivar en graves riesgos de seguridad durante la construcción.
También se señala que los equipos usados en los ensayos de mecánica de suelos no presentaban certificados de calibración. En términos simples, se desconoce si los instrumentos estaban en buen estado y si los resultados obtenidos son confiables. A esto se suma la falta de ensayos completos en muestras de agua y roca. Necesarios para garantizar que la infraestructura pueda soportar las condiciones del terreno.
Las deficiencias no terminan ahí. En los estudios básicos de hidrología, hidrogeología e hidráulica también se detectaron graves vacíos. No se presentaron cálculos de caudales máximos ni evaluaciones de riesgos como inundaciones, erosión o sedimentación. En otras palabras, no se sabe con certeza cómo se comportará el agua en la zona de influencia del túnel ni cómo afectará a la obra y a las comunidades cercanas.
Proyecto en riesgo

Para la unidad contralora, estas omisiones son críticas porque sin esa información no es posible diseñar un proyecto seguro ni sostenible. El incumplimiento de los requisitos mínimos significa que el expediente técnico, lejos de servir como guía para una obra de envergadura, se convierte en un documento incompleto e inservible.
Otra irregularidad recae en la supervisión contratada por Autodema, que estuvo a cargo del ingeniero Jesús Omar Nicomedes Meléndez Llerena, por un monto de S/ 419, 449.65. La Contraloría comprobó que no cumplió con realizar los servicios de verificación geológica y estructural que le correspondían. Esto a pesar de que estos estaban presupuestados en casi S/ 60 mil. Dichas labores nunca se ejecutaron, lo que significa que se dejó sin control independiente la calidad de los estudios presentados por el consorcio.
La institución contralora advirtió que esta situación compromete directamente la calidad del expediente técnico y abre la puerta a sobrecostos y retrasos durante la obra. En proyectos de infraestructura, un error en la etapa de estudios puede costar millones de soles adicionales en la etapa de ejecución.
En paralelo, el órgano de control también detectó problemas en la gestión ambiental de la consultoría. No se encontró evidencia de un manejo adecuado de las aguas residuales generadas durante los trabajos, incumpliendo las normas vigentes y generando riesgos de contaminación en la zona.
En conclusión, el informe revela que el expediente técnico del Túnel 9 presenta serias deficiencias en todas sus áreas clave: ambiental, geológica, hidráulica y de supervisión. La falta de rigor técnico y administrativo compromete la viabilidad de la obra y la seguridad de las comunidades y la inversión pública destinada al proyecto. Este proyecto podría convertirse en otro ejemplo de mala gestión y despilfarro de fondos públicos en la región.