EE. UU. promete defender la OTAN ante incursiones rusas

En su debut como representante de Washington en la ONU, Michael Waltz lanzó un mensaje directo: Estados Unidos no permitirá que se vulnere la seguridad de sus socios europeos. Ante el Consejo de Seguridad, reiteró que su país y la OTAN defenderán “cada centímetro” de su territorio. Esto en clara advertencia a Rusia tras los reportes de incursiones aéreas en naciones aliadas. El diplomático también instó al Kremlin a detener las provocaciones y a entablar un diálogo con Kiev para poner fin a la guerra.

La denuncia más reciente provino de Estonia, que acusó a Moscú de violar su espacio aéreo con tres cazas rusos que permanecieron más de 12 minutos dentro de sus fronteras. El ministro de Exteriores, Margus Tsahkna, advirtió que este hecho constituye no solo una amenaza directa a la soberanía de su país, sino también una vulneración de la Carta de Naciones Unidas, que prohíbe el uso de la fuerza.

En el Consejo de Seguridad, Tsahkna fue enfático al señalar que Rusia, como miembro permanente del órgano, está minando los principios básicos de seguridad colectiva. “No se trata de incidentes aislados, sino de un patrón de escalada”, sostuvo, al recordar violaciones similares en Polonia y Rumania. Por ello, consideró urgente una respuesta internacional coordinada frente a estas acciones.

La situación en Polonia la semana anterior refuerza esta preocupación: una oleada de drones rusos atravesó su espacio aéreo durante un ataque contra Ucrania. Aunque varios fueron derribados por las defensas de la OTAN y sus restos recuperados, el episodio causó alarma en Varsovia y en Bruselas. Ninguno de los aparatos llevaba armamento de alto riesgo, pero la intromisión se considera una provocación.

En Rumania también se registró el ingreso de un dron ruso, lo que subraya el carácter regional de la amenaza. Ante este escenario, Waltz insistió en que Washington respalda plenamente a sus aliados y recalcó que el presidente Donald Trump ha buscado vías para terminar con la guerra. El mensaje fue claro: Estados Unidos no solo condena las violaciones de Moscú, sino que está dispuesto a responder junto con la OTAN para preservar la seguridad de Europa.