La historia de Susana Belén Ríos Cachay es la de una mujer que sobrevivió a la violencia más brutal, pero que terminó siendo derrotada por la indiferencia de la justicia. La noche en que fue hallada inconsciente en el campamento minero de Cuajone (Moquegua), con la cabeza abierta y sus hijos pequeños a un lado, parecía el inicio de un proceso inevitable contra su agresor.
Sin embargo, dos años después, la Fiscalía Penal Corporativa de Mariscal Nieto decidió archivar su caso por segunda vez, argumentando falta de persistencia en la denuncia por parte de la víctima. Para Susana, postrada en cama y con secuelas irreversibles, este nuevo archivo es un golpe legal y la confirmación de que la justicia le dio nuevamente la espalda.
Los hechos de 2023
La noche del 20 de noviembre de 2023, la periodista fue hallada inconsciente, semidesnuda y con la cabeza abierta en su vivienda de la Villa Botiflaca, dentro del campamento minero. Según el parte policial, estaba rodeada de sangre, con fracturas de cráneo, costillas y columna vertebral. A su lado se encontraba Héctor Kenny Miranda Conde, su expareja y padre de sus hijos, en estado de ebriedad y con manchas de sangre en el short.
Los diagnósticos médicos confirmaron un traumatismo craneoencefálico grave, hemorragia epidural y lesiones irreversibles que la dejaron postrada de por vida. Todo ello confirmó que la víctima había sido masacrada. Incluso, a su presunto agresor se le atribuyó el delito de feminicidio en grado de tentativa, pero nada de lo expuesto fue suficiente para que la justicia terminara de su lado.
La impunidad impera

En su disposición N° 04-2025, emitida el 4 de julio de 2025, el fiscal Arturo Eloy Pacheco Villagra, titular del Cuarto Despacho Fiscal Penal del Distrito Fiscal de Moquegua, sostuvo que no existen elementos probatorios suficientes para sustentar la acusación contra su excónyuge. Por eso lo dejó libre de polvo y paja.
El mencionado fiscal emitió la resolución en base a tres puntos. Primero, la declaración inicial de la víctima, brindada el 15 de enero de 2024, donde afirmó que sus lesiones fueron producto de una caída accidental desde un tercer piso mientras intentaba rescatar a su gato. Esa versión, según el fiscal, fue “reiterada, coherente y espontánea”, descartando la intervención de su pareja.
Segundo, la supuesta falta de persistencia en la incriminación. La Fiscalía afirmó que Susana no colaboró con el proceso, al no presentarse a las citaciones programadas para los días 16, 17 y 23 de junio de 2025. “La ausencia de su declaración limita de manera considerable la función constitucional del Ministerio Público”, se lee en el dictamen.
Tercero, la ausencia de pruebas directas que acrediten la intención homicida de Héctor Miranda Conde. Los testimonios de los vecinos que la encontraron gravemente herida fueron calificados como “indicios circunstanciales” sin valor suficiente para sostener una acusación formal.
Como parte de la disposición de archivo, se ordenó la destrucción e incineración de la evidencia incautada, que incluye hisopos y un retazo de tela con manchas pardo rojizas (sangre). La decisión fiscal no es inmutable, ya que la agraviada puede solicitar una reexaminación del caso si se presentan nuevos elementos de convicción que demuestren la realidad de los hechos.
La voz de la víctima

Desde su cama, paralítica y con movilidad reducida, Susana Ríos denunció que el Ministerio Público no consideró su condición de salud. Sobre su declaración inicial, explicó que se programó el recojo de su testimonio apenas 1 mes después de haber salido de múltiples operaciones. Es decir, cuando aún no estaba en condiciones de lucidez para comparecer. “Me hicieron declarar cuando recién salía de cuidados intensivos. Yo no estaba bien, pero usaron eso para decir que fue un accidente”, explicó
Respecto a su ausencia a las audiencias, atribuyó que su condición le impide movilizarse, toda vez que yace postrada en una cama después de sufrir el brutal ataque. La periodista aseguró que pidió declarar de forma virtual, pero la Fiscalía nunca respondió está solicitud. “No me dieron la opción de asistir a las audiencias de forma remota. Ahora me dicen que es un archivo, pero me he quejado al fiscal de control”, reclamó.
Así, con visible indignación, confesó sentirse abandonada por el sistema de justicia. “Estoy decepcionada, más que decepcionada, es muy doloroso. Estoy en condiciones difíciles y he luchado, al igual que muchos ciudadanos. Luchas por la justicia y la justicia te responde de esta manera”, afirmó.
Camino a la impunidad
La periodista aclaró que, aunque el archivo no es definitivo, no cuenta con los recursos para impulsar una nueva investigación. Así, su caso va tomando forma como uno de los más visibles, pero que no encuentra justicia. Este archivo genera preocupación, pues la tentativa de feminicidio en el Perú tiene la misma sanción que un feminicidio consumado: hasta 35 años de cárcel o cadena perpetua. Al quedar sin efecto la investigación, se abre la puerta a la impunidad.
Mientras tanto, Susana Ríos sigue luchando contra las secuelas físicas y emocionales de la agresión que sufrió. Necesita terapias permanentes, atención médica especializada y apoyo psicológico. Pero su principal lucha continúa siendo contra la indiferencia de un sistema judicial que, paradójicamente, no le ofrece justicia.