Delia Espinoza, fiscal de la Nación, solicitó al Poder Judicial que Fuerza Popular sea declarado ilegal y se disponga su cancelación en el Registro de Organizaciones Políticas (ROP) del Jurado Nacional de Elecciones. La petición se ampara en el artículo 14 de la Ley de Organizaciones Políticas. Esta faculta a la Corte Suprema a retirar del sistema a partidos cuyos actos vulneren principios democráticos.
La demanda de Espinoza se centra en una acusación severa: que Fuerza Popular habría incurrido en “actividades contrarias a los principios democráticos”. Tales como la vulneración sistemática de derechos y libertades fundamentales. Según el Ministerio Público, estas prácticas se habrían manifestado en el hostigamiento contra magistrados, periodistas, opositores políticos y miembros de la sociedad civil, generando un clima de persecución y acoso.
Entre los argumentos también se señala la exclusión de congresistas por razones de disidencia política. Asó como la legitimación de la violencia como herramienta para alcanzar objetivos políticos y la exculpación de crímenes cometidos durante el conflicto armado interno. Estas razones, según la fiscal de la Nación, configuran un patrón de conducta incompatible con la vida democrática y justifican la cancelación del partido liderado por Keiko Fujimori.
El proceso judicial se iniciará con la notificación de la demanda a Fuerza Popular, que podrá ejercer su defensa. Posteriormente, la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema convocará a una audiencia y pondrá el caso a votación. Para que prospere la declaración de ilegalidad se necesitan al menos cuatro votos favorables de los cinco magistrados integrantes.
De emitirse un fallo en contra, tanto la Fiscalía como la agrupación fujimorista tendrían la posibilidad de apelar ante la Sala Suprema Civil Permanente. Cabe recordar que esta no es la primera vez que el Ministerio Público recurre a esta figura. Y es que años atrás, una medida similar se presentó contra el movimiento A.N.T.A.U.R.O., encabezado por Antauro Humala.