Planeta Cadáver: Leonino

Por Jorge Condorcallo Ccama

(Leonino significa desproporcionado, abusivo o ventajoso solo para una parte).

En la biblioteca del colegio nacional roncaba un polvoriento ejemplar de Las mil y una noches, entre un Álgebra de Baldor y la recia Colección de mitos y leyendas orientales. El libro, enajenado por sus cuentos y sus vecinos sin par, tosía que podía cumplir tres deseos cualesquiera.

Pablo llegó siguiendo el rastro de la palabra «leonino» que el profesor le había ordenado buscar para fastidiarlo, aunque el letrado le dijera que lo hacía para que el alumno nuevo no sea tan burro.

Sopló el polvo del lomo cuarteado cuando se preguntó:

―¿Qué mierda significará “leonino”?

La voz asmática del robusto vejestorio de papel resopló comejenes y la respuesta:

―¡Injusto, abusivo!

Pablito, espantado por la leonina acusación, se arrastró hasta detrás de un andamio y descubrió que no había soltado la magnífica obra. Las letras brillantes preguntaron en la tapa: «¿Cuál es tu segundo deseo?».

Pablo Condori, perplejo, creyó que soñaba, ¿Quién no?, y reclamó:

―¡Pues, quiero un beso de Lidia, de Lidia García!

¡Zum!, la más bonita de segundo de secundaria apareció y le marcó el cachete con un beso fucsia que espabiló la niñez de sus ojos.

Pronto entendió, ― ¡es magia! ―, y encaró a la portada de arabescos que volvió a preguntar. Confesó su íntimo deseo de escolar:

―¡Solo quiero ser feliz…!

El libro, sin despedirse, se volvió un rompecabezas infinito y se desarmó en sus manos.

Cuando regresó al salón no estaba el ruin maestro ni los chicos del fondo que le hacían la vida de cuadritos, se esfumaron. No preguntó qué pasó o adónde fueron para no estropear la inconmensurable felicidad que sentía por el deseo cumplido.