El crimen del funcionario indonesio Leonardo Zetro Purba sacudió al distrito limeño de Lince y al propio Gobierno. El ministro del Interior, Carlos Malaver, señaló que las características del ataque muestran un patrón de sicariato: disparos directos a la cabeza, seguimiento previo y una posible “colaboración interna” que habría permitido a los asesinos conocer el movimiento de su víctima. La investigación policial se centra en redes, entorno familiar y laboral.
El titular del Interior detalló que la modalidad del crimen apunta a un homicidio calificado. Durante su intervención en el Congreso, precisó que el ataque al funcionario de 40 años, con apenas cinco meses en el país, tuvo un carácter planificado: “hay un reglaje, se espera la hora y el lugar propicio”, explicó ante los legisladores.
Malaver también deslizó la hipótesis de que personas cercanas al diplomático habrían colaborado en su asesinato. “A veces hay gente que colabora alrededor, lo ‘centra’, le da la información”, sostuvo, sugiriendo que el entorno inmediato de la víctima no queda libre de sospechas.
El impacto del crimen trasciende la investigación policial. Malaver reconoció que este hecho golpea la imagen internacional del Perú y mostró preocupación por la percepción de inseguridad que puede proyectar al exterior. “No estoy diciendo que la imagen del país no se pueda dañar; sí, es una preocupación”, admitió.
Mientras tanto, la Cancillería indonesia confirmó que la presidenta Dina Boluarte prometió a su homólogo Arrmanatha Nasir capturar a los responsables. La mandataria, que meses atrás firmó en Yakarta un acuerdo de asociación económica con Indonesia, enfrenta ahora un escenario en el que la seguridad de la diplomacia se coloca en el centro del debate.
