La Contraloría General encendió las alarmas al informar que 127 gobiernos locales, distribuidos en 18 regiones del país, no ejecutaron el presupuesto destinado al Programa del Vaso de Leche (PVL) durante el primer semestre de 2025. A pesar de contar con más de S/ 15 millones asignados, las municipalidades registraron 0% de ejecución presupuestal, incumpliendo con la entrega diaria de alimentos a niños menores de seis años, madres gestantes, personas con discapacidad y adultos mayores en situación de vulnerabilidad.
El informe de control advierte que el incumplimiento afecta directamente la nutrición y el derecho a la alimentación de miles de ciudadanos. Entre las municipalidades con mayor presupuesto sin ejecutar figuran la Provincial de Morropón (S/ 1,4 millones) y la de Paita (S/ 930 mil) en Piura, así como la Distrital de Ancón en Lima, con más de S/ 852 mil. La Contraloría recordó que la ley obliga a las entidades locales a garantizar el abastecimiento del programa los siete días de la semana.
El problema no se limita a casos aislados. Apurímac, Huánuco, Áncash, Junín, Ayacucho, Lima y Puno concentran la mayor cantidad de gobiernos locales inactivos, con un total de 98 municipios que no movieron ni un sol hasta el 30 de junio. Además, los 127 municipios involucrados tampoco enviaron a la Contraloría los reportes de gastos e ingresos ni las cifras sobre la distribución de raciones, lo que evidenciaría una doble omisión: la falta de gestión y la ausencia de transparencia.
Ante este escenario, la Contraloría notificó a los titulares de las entidades para que adopten medidas correctivas inmediatas. Esa presión dio algunos resultados: al 1 de agosto, 51 municipalidades ya habían iniciado la ejecución de su presupuesto, con avances de entre 50% y 58% en 37 de ellas, ubicadas principalmente en Áncash, Apurímac, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Junín, Huancavelica, Huánuco, Puno y Lima. Sin embargo, 76 gobiernos locales continúan sin utilizar los recursos.
El órgano de control adelantó que mantendrá la supervisión sobre las municipalidades para garantizar un gasto oportuno y eficiente. El objetivo es que el PVL cumpla su función esencial: mejorar la nutrición de los sectores más pobres. No se trata solo de cifras presupuestales, sino de asegurar el alimento diario a menores, madres y enfermos en situación crítica, cuya calidad de vida depende de la correcta gestión de los recursos públicos.