ONU declara hambruna en Gaza en medio de guerra

El fantasma de la hambruna se volvió realidad en Gaza. Naciones Unidas anunció que medio millón de personas enfrentan una situación “catastrófica” y declaró de manera oficial que el enclave palestino atraviesa una crisis de hambre sin precedentes en la región. La ONU acusó a Israel de bloquear la ayuda humanitaria y calificó la situación como un “desastre provocado por el hombre”. Desde Tel Aviv, sin embargo, rechazaron el reporte y lo atribuyeron a una “campaña de Hamas”, en un cruce que vuelve a subir la tensión política y militar.

La Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC), organismo de la ONU con sede en Roma, confirmó que la hambruna ya afecta a la Ciudad de Gaza y advirtió que, de no cambiar la situación, podría extenderse a Deir al Balah y Khan Younis a finales de septiembre. António Guterres, secretario general del organismo, lanzó un mensaje contundente: “Esto no es un misterio: el ser humano provocó este desastre, representa una crítica moral y refleja un fracaso de la humanidad misma”. Sus palabras apuntaron directamente a Israel, recordando su obligación internacional de garantizar alimentos y medicinas en los territorios que ocupa.

La indignación no se limitó a la cúpula del organismo. Tom Fletcher, director de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU, sostuvo que la tragedia era evitable. “Los alimentos se acumulan en las fronteras debido a la obstrucción sistemática de Israel”, denunció desde Ginebra. En paralelo, Volker Türk, Alto Comisionado para los Derechos Humanos, advirtió que “es un crimen de guerra utilizar el hambre con fines militares”, marcando un precedente grave en el marco legal internacional.

Desde Israel, la respuesta fue tajante. El Ministerio de Relaciones Exteriores calificó el informe de la ONU como un documento “fabricado a medida” por Hamas y acusó al IPC de haberse apartado de sus propias reglas. El ministro de Defensa, Israel Katz, endureció aún más el tono: advirtió que la Ciudad de Gaza será destruida si Hamas no libera a los rehenes, entrega las armas y acepta los términos de Tel Aviv. “Pronto las puertas del infierno se abrirán sobre las cabezas de los asesinos de Hamas”, amenazó en un comunicado oficial.

El primer ministro Benjamin Netanyahu también reforzó la postura. Desde la División de Gaza, aseguró que ya aprobó planes militares para tomar control del enclave y derrotar al grupo islamista. No obstante, anunció en paralelo el inicio inmediato de negociaciones para la liberación de rehenes y el fin de la guerra, siempre bajo condiciones “aceptables para Israel”. El mensaje, que vincula el objetivo militar con el político, muestra que la escalada bélica sigue en curso, mientras la crisis humanitaria coloca a la comunidad internacional frente a una encrucijada.