El Congreso modificó su reglamento para autorizar a los parlamentarios a realizar actividades políticas y partidarias durante la semana de representación sin ser sancionados. La iniciativa, impulsada desde la Comisión de Constitución, contó con el respaldo de Fuerza Popular y otras bancadas mayoritarias. Esto pese a las críticas sobre la pérdida de neutralidad en el ejercicio parlamentario.
La propuesta aprobada cambia el principio de neutralidad del Legislativo y establece que los congresistas, “en ejercicio de sus funciones, pueden expresar, defender y promover posiciones ideológicas, programáticas y partidarias, sin que ello constituya infracción al deber de imparcialidad y/o neutralidad”. La modificación al artículo 25-A del reglamento marca un precedente, ya que por primera vez se legitima el proselitismo político desde la función parlamentaria.
El dictamen se gestó en junio de este año en la Comisión de Constitución, entonces presidida por el fujimorista Fernando Rospigliosi y actualmente liderada por Arturo Alegría, también de Fuerza Popular. Tras ser rechazado inicialmente el 14 de agosto, el proyecto fue sometido a reconsideración por el congresista Segundo Montalvo (Perú Libre). Finalmente se aprobó el 20 de agosto con 82 votos a favor, 23 en contra y 8 abstenciones. Fuerza Popular, Alianza para el Progreso, Acción Popular, Somos Perú, Perú Libre y Renovación Popular respaldaron la iniciativa. Mientras que Juntos por el Perú-Voces del Pueblo y la Bancada Socialista se opusieron.
El cambio cobra especial relevancia en el contexto de las Elecciones Generales 2026. Actualmente, los parlamentarios reciben una bonificación mensual de S/2.800 por la semana de representación, periodo destinado oficialmente a recoger las demandas ciudadanas en sus regiones. Sin embargo, con la modificación aprobada, ese espacio podría convertirse en una plataforma abierta para hacer campaña partidaria con recursos y tiempos ligados a la función pública.
El experto en temas electorales José Naupari calificó la medida como “cuestionable” y advirtió que abre la puerta al proselitismo fuera de los horarios de sesiones plenarias o de comisiones, siempre que el congresista no sea miembro activo en ese momento. “No solo podrían hacerlo en la semana de representación, sino cualquier día, siempre que pidan licencia o no coincida con sesiones. Eso de por sí es bastante cuestionable”, sostuvo. El debate queda abierto: ¿el Legislativo vela por la representación ciudadana o allana su camino electoral?