Por: Sergio E. Mostajo C. Periodista
Estamos cerrando los interminables festejos por el aniversario de Arequipa. Hemos asistido a pasacalles, desfiles, entradas de Ccapo, paseo de la bandera, escenificación de la fundación, misas, sesión solemne, serenatas, ferias, fiesta de la chicha, corsos (descentralizado, de luces y de la amistad) y no sé cuantos eventos más. Esta bien, es justo y necesario homenajear a la tierra que nos vio nacer.
En este lapso, antes, durante y después, las redes fueron depositarias de un sinnúmero de saludos, se han publicado miles de post, flyers, fotos, historias, relatos y frases poéticas saludando a la Blanca Ciudad. Lo que también, esta bien, es justo y necesario.
Empero, pasado el jolgorio HAY QUE HABLAR EN SERIO, tomar conciencia de que urge corregir el rumbo. No quiero ser el grinch characato, pero es imperativo enmendar el camino actual, trazar una hoja de ruta, elaborar un plan director con políticas de corto, mediano y largo plazo, de cumplimiento obligatorio por quienes accedan al campo de la gobernanza.
Hoy por hoy, Arequipa es una ciudad anárquica, caótica y hostil. Según un estudio internacional especializado posee el triste privilegio de ser la urbe con el peor tránsito de vehículos, carente de un sistema de transporte medianamente decente. En los últimos 10 años no se ha puesto en servicio ni una avenida nueva amplia y moderna. Las pocas que se tienen se han quedado ancladas en el tiempo, lucen atiborradas de vehículos y peatones, y han sobrepasado largamente su capacidad. No se han construido más puentes sobre el Chili, y los emblemáticos Grau y Bolognesi pueden colapsar en cualquier momento.
Las callejuelas del Centro Histórico no dan para más; miles de vehículos las transitan en el día, por las noches son tomadas por el incontrolable comercio ambulatorio, delincuentes, prostitutas y borrachos. Los cerros cercanos han sido invadidos, y de manera irracional esta nefasta e ilegal practica no ha reparado en tomar las faldas del volcán Chachani. Y para deleite de las mafias se anuncia la construcción de la carretera Cabrerias – Pampa Salinas. Ante la inacción de las autoridades el próximo objetivo de los invasores será el Misti y el Pichu Pichu.
A este sombrío panorama hay que sumarle los crecientes niveles de contaminación del aire que respiramos, causado por el enorme parque automotor, la depredación de la campiña y el polvo particulado proveniente de la gran minería. Hoy no se pueden dejar abiertas las ventanas de las casas porque en pocos minutos una fina capa de polvo cubre muebles, pisos y camas. Las cortinas deben ser lavadas cada fin de semana por el hollín que se les impregna, las enfermedades respiratorias van en aumento y los casos de cáncer a la piel también.
Debo mencionar que nuestras autoridades regional y municipales han demostrado una gran capacidad para organizar festejos, para maquillar calles y avenidas, para adornar jardines, para pintar veredas, para reconstruir, por enésima vez, plazas y parques, para construir pequeñas lozas deportivas. En fin, para todo lo simple y banal. Pero de obras importantes y trascendentes, nada de nada. El alcalde provincial en su discurso de aniversario ha lanzado frases sueltas con anuncios de obras grandiosas, que para hacerlas realidad necesita ¡¡mil millones de soles!! del gobierno central; sino quedarán en eso, anuncios y nada más.
Podría seguir enumerando los graves problemas que aquejan a NUESTRA AMADA AREQUIPA, empero no me alcanzaría este espacio, termino reiterando que ES HORA DE HABLAR EN SERIO.