Jarana crítica: Quintero, el huevón continental

Oswaldo Calle Talavera. Analista Político

Hace dos años, producto de la salida de Castillo, escribí un artículo sobre nuestro presidente y su intento de dar un golpe de Estado. Lo definí como «un huevón». Intentaba no sólo acercarlo a la definición más escuchada hacia él, y además, entender que aparte de serlo, era nuestro, «nuestro huevón».

Hoy la categoría en el continente se la ha llevado un vecino, colombiano, ex alcalde y precandidato a presidente. Quien no tuvo mejor idea que izar una bandera de su país en la isla de Chinería (Santa Rosa), en territorio peruano; «Un huevón».

Daniel Quintero Calle tiene la corona del «Huevón», su acto lo hace trascender a su país y lo convierte en un «huevón continental».

(Desde aquí deslindó parentesco con Quintero, su apellido materno está a muchos kilómetros del mío paterno), Ta huevón.

Quintero no sólo huyó como cobarde después de grabar su video y poner su bandera; por aquí le dirían «maricón» por su país «culicagado». Quintero es un huevón consuetudinario y está denunciado por corrupción en su gestión de alcalde.

Al ser preguntado por la vandalización de las calles, dijo que se arreglaba con «pinturita». Respondió de manera esforzada a la pregunta ¿qué era un medellinense?: «Un medellinense es un medellinense».

Quintero, en las antípodas de la intelectualidad, en sus comienzos de huevón público, creó «El Partido del Tomate». Tiraba tomates a las vallas publicitarias donde Santos criticaba el proceso de acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC, y se lanzó en puenting, para hacerse publicidad, con su polo de tomate.

Recordar que inauguró la «cama 1000» en época de pandemia, sin tener mil camas, sólo con un letrero sobre una cama, lo hace un estúpido funcional con apoyo electoral.

Comparó Medellín con Jerusalén, por twitter aconsejó a las mujeres no usar tacones con la frase «las preferimos sanas, más que altas».

¿Podríamos llamarlo «huevón» por contratar a un tarotista en la alcaldía con el cargo de «ingeniero de lo invisible»? Anunció un concierto de «Erreway» con corbata roja como un fan.

Su esposa y él lanzaron una campaña de sensibilización y ponían barrigas falsas a sus funcionarios para que sepan lo que era llevar barriga y los filmaban. Si sumamos a todo esto que se le acusa de comprar un predio a 9.3 millones de dólares y que su valor no era ni la décima parte, cuando era autoridad, lo podemos calificar con otro adjetivo.

Hoy Quintero después de su acto ignorante y torpe, salió en redes (tiene todas) diciendo que Perú ha violado la soberanía colombiana al retirar la bandera que el mismo colocó en la isla. Merece un aplauso, una ovación al «Huevón continental». No sólo los tenemos aquí y de todos los colores de camiseta, en Colombia también los hay. El problema del pueblo colombiano, tan parecido y hermano del nuestro, es que su clase política es ruin y está en las antípodas de los valores y la ética de su pueblo y su gente de bien, a la que abrazamos por grata costumbre.

Ojalá en las siguientes elecciones, sepan que por «un huevón», «su huevón», no se debe votar. Evitarán no sólo problemas con el barrio y sus fronteras, sino también tener a un huevón con poder y banda presidencial.