El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) informó que, durante la última semana, las ciudades de Pisco y Arequipa registraron niveles peligrosos de material particulado fino (PM10 y PM2.5). Estos superaron los Estándares de Calidad Ambiental (ECA) y alcanzaron umbrales de alerta sanitaria establecidos por el Ministerio de Salud.
Provocado por la tormenta
Según el reporte oficial, los picos de contaminación se registraron principalmente en horas de la tarde, coincidiendo con la intensificación del fenómeno meteorológico conocido como “Vientos Paracas”. Este evento provocó una tormenta de arena que levantó grandes cantidades de polvo y arena. Lo que incrementó drásticamente la concentración de partículas suspendidas en el aire.

El fenómeno “Vientos Paracas” se caracteriza por fuertes ráfagas de viento que transportan arena y polvo desde la costa sur hacia zonas urbanas y rurales. La última semana, su intensidad fue inusual, afectando la visibilidad y generando riesgos para la salud de la población en ambas ciudades.
La presencia elevada de material particulado fino (PM2.5) es especialmente preocupante. Debido a que estas partículas pueden penetrar en los pulmones y llegar al sistema circulatorio, agravando enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Las autoridades recomendaron a grupos vulnerables —niños, adultos mayores y personas con problemas respiratorios— reducir su exposición al aire libre durante estos episodios.
Estaciones de monitoreo
Para el monitoreo continuo de la calidad del aire, el OEFA cuenta con 40 estaciones de vigilancia ambiental en puntos estratégicos del país. Estos equipos operan las 24 horas, registrando datos sobre la concentración de material particulado y gases contaminantes. Tales como dióxido de azufre (SO₂), monóxido de carbono (CO) y dióxido de nitrógeno (NO₂).
Las estaciones también miden parámetros meteorológicos como temperatura, humedad, presión y velocidad del vientos. Información clave para entender el comportamiento y dispersión de los contaminantes. Estos datos son procesados en el Centro de Control de Vigilancia Ambiental del OEFA, donde especialistas determinan si es necesario emitir alertas y coordinar acciones inmediatas.
Entre las medidas posibles, se incluyen la supervisión directa de fuentes emisoras, la imposición de sanciones administrativas y la recomendación de restricciones temporales a determinadas actividades para proteger la salud pública. Esta labor es especialmente relevante durante eventos naturales que multiplican la concentración de polvo y arena en el aire.

Desde el espacio
El OEFA remarcó que la información sobre la calidad del aire está disponible en el Módulo de Vigilancia Ambiental del Portal Interactivo de Fiscalización Ambiental (PIFA). Esta plataforma permite a cualquier ciudadano verificar en tiempo real las condiciones ambientales de su localidad y conocer las acciones en curso para mitigar la contaminación.
La magnitud de la tormenta fue tal que satélites de la NASA, como Aqua y NOAA-20, captaron su desarrollo desde el espacio. Las imágenes, difundidas por el Observatorio de la Tierra, muestran columnas de polvo desplazándose sobre el desierto costero y penetrando hacia el interior del país. Lo que evidencia la velocidad y extensión del fenómeno.