Sin recursos estatales y en medio de múltiples desafíos, la Sociedad de Beneficencia de Arequipa ha logrado convertir la crisis en oportunidad. Bajo la dirección del Abg. Augusto Arce Paredes, la institución ha acreditado albergues, impulsado proyectos sociales, transformado el Cementerio La Apacheta y conseguido un saldo financiero positivo tras ocho años. Un modelo de gestión solidaria que se fortalece con creatividad, transparencia y compromiso social.
Acreditaciones que caminan

Mientras otras instituciones esperan subsidios, la Sociedad de Beneficencia de Arequipa hace milagros con ingenio. El Complejo Hospitalario Moisés Heresi, recategorizado a nivel I-3, se ha consolidado como uno de los pocos centros públicos de salud mental especializados del sur del país. Con 46 pacientes hospitalizados y más de 29 mil historias clínicas, es hoy símbolo de atención integral. Además, sus campañas gratuitas en mercados y plazas acercan el cuidado emocional a los sectores más invisibilizados.
La institución también logró la acreditación oficial del Centro de Atención Residencial “Chaves de la Rosa”, que alberga a 40 niños en situación de abandono. Este reconocimiento del Ministerio de la Mujer no solo respalda su calidad de atención, sino que respalda el próximo paso: la construcción de un segundo piso, con ayuda de la campaña Benetón 2025, para duplicar su capacidad.
Por otro lado, el CAR Mixto para Adultos Mayores “El Buen Jesús” también recibió su acreditación, lo que garantiza mejores condiciones de vida para los 27 abuelitos que residen allí. Un logro que refuerza el compromiso de la entidad con los más vulnerables. De igual modo, el hogar “Las Mercedes” sigue brindando atención las 24 horas a más de 70 personas con enfermedades mentales, en condiciones de abandono extremo.
Números en verde

Uno de los mayores hitos del 2024 ha sido revertir ocho años de pérdidas financieras. Con un saldo positivo proyectado para 2025, la Beneficencia lanzará su primera lotería institucional. Cada boleto vendido servirá para mantener sus programas sociales activos, evitando la dependencia de fondos externos.
La gestión de zonas azules es otro pilar de la estrategia. La administración eficiente de 21 espacios de estacionamiento genera más de S/ 105 mil al mes, permitiendo la sostenibilidad de los albergues. Además, 40 trabajadores acceden a empleo digno con capacitación constante y pagos puntuales.
El Cementerio La Apacheta también ha vivido una transformación radical. Hoy es el primer cementerio ecológico de Arequipa: produce abono natural a partir de residuos orgánicos, ha sembrado más de 150 nuevos árboles y se ha convertido en un espacio seguro gracias a su moderno sistema de videovigilancia. La visión de convertirlo en un cementerio-museo incluye visitas guiadas, recuperación patrimonial y hasta un nuevo velatorio.
Visión y transparencia

Transparencia y recuperación patrimonial también son prioridades. En lo que va del año se realizaron cinco subastas públicas y se ejecutaron desalojos clave que permitieron elevar los ingresos por alquileres de S/ 230 mil a S/ 480 mil. Esta inyección de recursos fortalece el respaldo económico de sus programas sociales.
Actualmente, la Beneficencia gestiona más de una decena de programas activos: desde el comedor San Martín hasta el Hogar de María para mujeres víctimas de violencia. También funciona El Buen Samaritano, un refugio para pacientes oncológicos sin recursos que vienen del interior del país. Detrás de cada cifra hay una historia de supervivencia y dignidad.
Finalmente, sus programas productivos —que van desde la gestión del balneario Jesús hasta el alquiler de canchas deportivas— no solo generan ingresos, sino que también integran a la comunidad en esta cruzada solidaria. La Beneficencia de Arequipa es, sin lugar a dudas, una prueba viviente de que con compromiso, se puede hacer mucho más que solo administrar recursos: se puede transformar realidades.