Arequipa consagra al adobo en un festival histórico

No quedó ni un plato. El I Festival del Adobo Arequipeño, realizado este domingo 3 de agosto en la explanada del Parque Selva Alegre, desbordó todas las expectativas. Cerca de 3,000 asistentes abarrotaron el recinto para rendir homenaje al potaje más emblemático de la ciudad. En menos de cinco horas, los más de 25 expositores de 14 distritos vendieron todo su adobo. Así, Arequipa celebró con fervor el sabor que la define.

Desde muy temprano, las filas comenzaron a crecer alrededor del Parque Selva Alegre. Familias enteras, turistas curiosos y vecinos de toda la ciudad se congregaron en busca de un plato humeante de adobo arequipeño. El evento, organizado por la Municipalidad Provincial de Arequipa, fue una de las actividades centrales por el 485 aniversario de la ciudad y del Día Nacional del Adobo, fecha oficializada recientemente para destacar su valor patrimonial.

Más de 25 representantes de picanterías y cocineros tradicionales de 14 distritos llevaron sus mejores recetas al festival. Cada olla, cocida a fuego lento, guardaba siglos de historia. Y como manda la costumbre characata, el adobo se sirvió desde el desayuno. A media mañana, ya no quedaba ni una porción. Algunos asistentes incluso bromeaban: “El que vino tarde, solo olió”.

Pero el festival no fue solo un deleite al paladar. Con presentaciones artísticas, música local y una atmósfera de orgullo colectivo, el evento logró algo mayor: reactivar la identidad culinaria de Arequipa. La tradición de comer adobo los domingos después de misa volvió a resonar entre generaciones, como si el tiempo se hubiera detenido en las cocinas de antaño.

Según estudios históricos, el adobo se originó en Cayma a inicios del siglo XVIII, mucho antes de la fundación oficial de la ciudad. Con influencias españolas y mestizas, este potaje nació para conservar la carne por más tiempo. La chicha de jora, el ají colorado y el cerdo encontraron en Arequipa su receta perfecta. Hoy, en pleno siglo XXI, el pueblo sigue celebrando su sabor como si fuera nuevo.