Los Censos Nacionales 2025 ya tienen fecha y rostro: el INEI despliega su maquinaria técnica y humana para un operativo censal que pretende ser el más moderno del país. Equipos con tablets reemplazan el lápiz y papel, en una apuesta por datos rápidos y precisos. Pero entre la eficiencia y la innovación, emergen interrogantes legítimos sobre la protección de datos, la fiscalización ciudadana y el verdadero uso político de la información que se recoja.
El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) promete precisión milimétrica en los Censos Nacionales 2025. Según la jefa departamental Silvia Pacheco, se seleccionó un personal “de primer nivel” entre más de 6.000 postulantes, y se capacitó rigurosamente a los censistas. Sin embargo, especialistas en políticas públicas y analistas de transparencia advierten que la capacitación técnica no basta. Hace falta una auditoría independiente sobre cómo se almacenarán, usarán y protegerán los datos sensibles recogidos.
El gran cambio de esta edición es la eliminación total del papel: todo se registrará en tablets conectadas a la nube. El INEI asegura que la información se encripta automáticamente y viaja de forma segura a sus servidores. No obstante, aún no se conoce públicamente cuál es la empresa proveedora de esta nube, ni qué mecanismos existen para auditar su manejo. En un país golpeado por escándalos de filtraciones de datos, el blindaje digital no es un lujo, sino una exigencia mínima.
El INEI también ha presentado un protocolo de identificación para los censistas: chaleco, gorra, morral, credencial con QR y DNI obligatorio. Esta medida busca combatir suplantaciones. Pero según expertos en gobernanza local, el reto es que la ciudadanía efectivamente verifique estas credenciales y no simplemente asuma su legitimidad. El QR debería permitir rastrear cada intervención censal en tiempo real, pero no se ha informado si habrá un portal abierto para ese fin.
Más allá de la logística, hay una pregunta de fondo: ¿cómo se garantizará que estos datos sirvan realmente para definir mejores políticas públicas y no solo para engrosar informes burocráticos? Los censos son herramientas de poder. La forma en que el Estado los utilice –o los oculte– marcará una diferencia concreta en la distribución de recursos, en la visibilidad de los excluidos y en la toma de decisiones nacionales.