En un fallo histórico, el Juzgado Octavo Penal de Bogotá condenó este viernes a 12 años de prisión domiciliaria al expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez, declarado culpable de soborno de testigos y fraude procesal. La jueza Sandra Heredia dispuso la ejecución inmediata de la pena, rechazando el pedido de la defensa para mantenerlo en libertad mientras se resuelven los recursos de apelación.

La resolución —filtrada horas antes por medios locales— sostiene que la medida busca garantizar “la preservación de la convivencia pacífica” y evitar el riesgo de fuga, dado el reconocimiento internacional del exmandatario. Uribe, quien gobernó entre 2002 y 2010, es el primer expresidente condenado penalmente en la historia de Colombia.

El caso se remonta a 2012, cuando el entonces senador Iván Cepeda lo vinculó con la creación del grupo paramilitar Bloque Metro a finales de los años noventa en Antioquia. Uribe respondió denunciando a Cepeda por manipulación de testigos, pero en 2018 la Corte Suprema desestimó la denuncia y, en cambio, abrió una investigación contra el exmandatario.

En agosto de 2020, la Corte ordenó su detención domiciliaria por riesgo de obstrucción a la justicia. Aunque renunció a su curul de senador, el caso continuó en la justicia ordinaria. Dos intentos de la Fiscalía para archivarlo fueron rechazados por los jueces, hasta que la nueva fiscal general, Luz Adriana Camargo, impulsó el juicio que derivó en la condena.

Tras el anuncio, el partido Centro Democrático convocó una marcha de respaldo para el 7 de agosto, defendiendo la inocencia de su líder. Paralelamente, Uribe denunció al presidente Gustavo Petro por supuestas acusaciones infundadas que lo vinculan con homicidios, narcotráfico y paramilitarismo. Petro, por su parte, lo invitó a declarar ante la Justicia Especial para la Paz, a fin de esclarecer el origen y desaparición del Bloque Metro.

La sentencia, que deberá ser revisada por el Tribunal Superior de Bogotá antes de octubre, mantiene abierto un debate político y judicial de alto voltaje en Colombia, con repercusiones aún imprevisibles.